|
|
|
|
|
|
|
Daniel Vila, dueño de una fortuna, aspira a ser presidente de la AFA, en remplazo de Julio Grondona |
|
|
|
|
|
Escribe: Juan Manuel Gorno (de nuestra Redacción)
Un insulto al periodismo. La mesa de los domingos por la noche, en el canal América, es parte del circo patético que el fútbol puede conseguir, por la bochornosa calidad que tiene la mayoría de los presentes para generar problemas y manipular los hechos.
Con la credencial de “periodista” del mencionado medio entraba Oscar Ruggeri (un técnico con éxito nulo) al predio de la selección en Pretoria, Sudáfrica, para desatar la bronca de los dirigentes que no lo querían. Y del mismo medio es “Toti” Passman, el crítico “maligno” de Maradona.
Ambos, junto al conductor Alejandro Fantino, estarán presentes cuando el empresario Daniel Vila, dueño del canal que se especializa en “el chimento” y presidente del club Independiente Rivadavia, se postule públicamente como candidato a presidente de la AFA, en contra de Julio Grondona, en un acto programado por estos días, en Tucumán.
Muchos dirán que “ya es hora que Don Julio tenga una fuerte oposición”, pero deberían tener en cuenta que los hombres alineados a Vila pretenden apagar el fuego con nafta.
De Grondona se hicieron libros en su contra. De Vila, en cambio, hay mucho por hablar.
El empresario es socio del ex funcionario de Menem, José Luis Manzano, con quien embolsó una fortuna desde los tiempos de la dictadura.
En 1977, según publicó tiempo atrás el diario Página/12, los mendocinos adquirieron en 7 millones el 25% de Procono -un canal de cable con telefonía- de las regiones de Castilla y León, en España. La inversión no fue declarada, pero sí reconocida por Vila en un matutino porteño el 22 de setiembre de 1997.
De ahí en más no los paró nadie. Expandieron la fortuna por Brasil, con compras que no fueron declaradas. Y en Argentina, en tanto, siguieron acumulando dinero, aunque recibieron una denuncia ante la Administración Federal de Ingresos Públicos, AFIP, por presunto lavado de más de 400 millones de dólares e infracción a la ley penal tributaria.
Hoy Vila y Manzano son principales accionistas del grupo UNO que, entre otros medios, es propietario de un 10% de Radio La Red (donde trabaja Carlos Bilardo), del 47% de América TV y del canal de cable América 24 (en sociedad con el diputado bonaerense-colombiano Francisco De Narváez), de Supercanal, del Multimedios La Capital (Diario La Capital de Rosario, El Ciudadano, Diario Nueva Hora), del diario Uno de Mendoza y Diario Uno de Entre Ríos. Además son propietarios del canal 7 de Mendoza, 6 de San Rafael y 2 de Santa Fe. Y de más de 20 radios en todo el país.
Tal vez creen que eso es poco, entonces cuando surgió la nueva Ley de Servicios Audiovisuales, Vila salió a decir públicamente que el grupo Uno “es una Pyme”.
En nuestra provincia, Vila y Manzano eran dueños de La Mañana de Córdoba, pero la vendieron, no sin antes operar políticamente y afrontar conflicto con los empleados.
No obstante, los trabajadores de prensa de Rosario la pasaron peor y debieron frenar la salida del histórico diario La Capital (otro del grupo), ante la falta de pagos y la lluvia de telegramas de despidos que hizo la dupla mendocina.
En medio del conflicto, el empresario periodístico Carlos María Lagos, ex dueño de La Capital, denunció penalmente a Vila y a Manzano por “administraciones fraudulentas reiteradas, estafas, balances falsos y asociación ilícita en forma simple y calificada”.
Antes, la productora Pensado Para Televisión (PPT) renunció al canal América porque Vila y los suyos ejercieron un acto de censura sobre el programa TVR.
Agresor
El poder del ahora candidato a presidente de la AFA parece darle impunidad. Por eso no tiene contemplaciones a la hora de “guapear” a quien quiera y donde sea. Así lo hizo en la fiesta del diario El Cronista Comercial, en la Sociedad Rural, donde le tiró con un vaso y le cortó el rostro al periodista Enrique Llamas de Madariaga. Y en Mendoza, no sólo lo denunció un periodista del diario Los Andes (también por agresión física), sino que además se recuerda el altercado que Vila tuvo durante una ceremonia de los premios Huarpe, cuando agredió con un golpe de puño en la cabeza y una patada en el estómago al ex subsecretario de Deportes de la provincia, Carlos Larreta, por no avalar la cesión de terrenos lindantes al predio de Independiente Rivadavia, en el parque San Martín.
Precisamente, dentro del hermoso pulmón mendocino, la familia Vila es dueña de un barrio privado denominado Dalvian, desde donde ganó 32 hectáreas en un conflicto judicial no tan claro frente a la Universidad de Cuyo, cuando el juez que llevó la causa, con el tiempo, resultó ser su amigo.
Años después, Vila y Manzano se pusieron a disposición de la Justicia para que investigue las denuncias que realizó el Gobierno de Celso Jaque sobre una presunta extorsión del grupo Multimedios Uno al Estado.
El ex socio
Es un tipo hábil don Vila; no así leal. Al margen que llevó a Ariel Ortega al club mendocino con la promesa de hacerlo brillar y terminó defenestrándolo, tuvo otros amigos a los que, según su conveniencia, convirtió en enemigos. El gobernador de Mendoza es uno. El grupo Clarín es otro. Y ni hablar de Grondona.
Con Héctor Magnetto, CEO de Clarín, Vila fue socio y se peleó por el negocio del cable. Entonces el presidente de Independiente Rivadavia no dudó en fogonear la ruptura del contrato que la AFA hizo con TSC (sociedad entre Clarín y TyC), antes que el Gobierno Nacional anunciara el “Fútbol para todos”.
Vila no es integrante del comité Ejecutivo de la AFA, pero participó de la reunión en Ezeiza cuando se resolvió romper relaciones con la empresa que monopolizaba el negocio televisivo del fútbol.
Hasta allí, el empresario mendocino hacía “buenas migas” con Grondona, pero nunca pensó que el “Fútbol para todos” no estaba destinado a sus manos, justo cuando en su horizonte aparecía la televisación de los partidos por el multimedios Uno.
El “filling” que Don Julio hizo con el Gobierno que lanzó la Ley de Medios, no fue bien visto por Vila, quien precisamente había apelado a su amigo juez para frenar dicha ley, mediante un recurso de amparo, en la provincia de Mendoza.
Con el correr de los días, Vila fue un opositor a la elección de Maradona como técnico del seleccionado y, aprovechando su batallón de medios, “embarró la cancha” mediante Ruggeri y Passmann.
El año pasado, el propio Diego había denunciado públicamente que el empresario mendocino y Bilardo querían utilizarlo para voltear a Don Julio.
Curiosamente, cuando terminó el Mundial, el primer programa que tuvo la palabra del técnico del seleccionado es el que se emite los domingos por la noche, en América. Allí Fantino, pícaro, presionó hasta que Maradona sacó a relucir su amenaza: “Si me tocan el utilero, me voy”.
Lo que sucedió después es historia conocida.
Vila, mientras, arma una estrategia interesante. Aprovecha cierta bronca de los dirigentes de los torneos argentinos por no percibir más dinero de la AFA y observa con entusiasmo cómo el grupo Clarín intenta desestabilizar a Grondona. También relojea el rating y se alegra porque mide bien el programa televisivo del domingo. Allí saca conclusiones: “Es el momento justo para postularme”, piensa.
En tanto, según informó el diario La Nación, meses atrás, el socio de Vila, José Luis Manzano, se encontraba “en negociaciones con los rusos que explotan la televisación en Brasil para traer el negocio a la Argentina”, mediante el cual (dice el medio) “estaría hablando con el multimillonario Román Abramovich, dueño del Chelsea y sobreviviente de la mafia rusa”.
Y pensar que los argentinos hablamos de quién debe ser el técnico de la selección.
Otras notas de la seccion Deportes
El peor Agosto de su vida
Argentino, campeón
Jockey no pudo con Athletic
Otra victoria del "Sanmar"
Villa María, subcampeón
|