Eran alrededor de las 3.30 de la madrugada de ayer cuando personal de la patrulla preventiva de esta ciudad fue convocado en la calle Gorriti entre San Luis y Tucumán. Un vecino que allí reside había dado aviso telefónico a la Policía de que una persona intentaba forzar la puerta de un auto estacionado allí con aparentes fines delictivos.
Cuando la Policía llegó al lugar, el sujeto ya se encontraba en el interior del vehículo. Al verlos, emprendió la fuga de a pie, a la vez que comenzó a disparar contra los uniformados.
Los efectivos respondieron a los disparos.
De pronto, la noche se llenó de balas, allá, al fondo del barrio San Martín.
A pesar de los disparos que iban y venían en la oscuridad, un agente logró dar alcance al ladrón y se trabaron en lucha, en medio de la calle.
En eso estaban cuando al delincuente se le disparó el revólver y la combustión de la pólvora le quemó la mano al uniformado.
El delincuente consiguió así zafarse del efectivo que lo tenía sujeto y reinició su fuga. Pero no llegó muy lejos, ya que en ese ínterin otros móviles habían llegado a brindar apoyo a sus compañeros.
Lo detuvieron.
El delincuente fue trasladado a la Comisaría de Distrito Villa María, donde quedó alojado a disposición de la Fiscalía del Segundo Turno, a cargo de Gustavo Atienza, bajo los cargos de supuesto autor de tentativa de robo calificado y portación ilegal de arma de uso civil.
El sujeto en cuestión resultó ser un hombre de 41 años, a quien se le secuestró un revólver calibre 22, marca Bagual, con cinco vainas servidas y tres cartuchos más, listos para ser disparados, un pasamontañas y varias herramientas.
En el aire de la noche del barrio San Martín quedaron el olor a pólvora, el estampido de los disparos y los gritos ahogados de los policías y el delincuente.
En la tierra de la calle, algunas manchas de sangre. Y en el ánimo de muchos vecinos, gente pacífica y de trabajo, la inquietud de vivir en uno de los sectores más violentos de la ciudad.