|
|
|
|
|
|
|
El testigo Carlos Avila repasó los métodos de torturas sufridos |
|
|
|
|
|
Escribe: Facundo Martínez
(Especial para el DIARIO)
Concluyó ayer la declaración del gendarme retirado Carlos Farías, en el marco del Juicio Histórico que se sigue al ex dictador Jorge Rafael Videla y al ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
Con las aguas más calmas luego de los incidentes ocurridos contra el periodista radial Aldo Blanco, Farías contó sobre su desempeño en la Unidad Penitenciaria 1 (UP1). Sorpresivamente el Comandante Mayor aportó escasísima información sobre los hechos de torturas y asesinatos que juzgan el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Córdoba.
“No recuerdo”, fue el latiguillo preferido por Farías durante la escueta declaración que no superó la hora y media. Sin embargo el testigo empantanó su relato cuando dijo que no conocía la UP1 por dentro a pesar de haber estado ahí, que no sabía de ningún intento de fuga ni siquiera por los medios de información y que no distinguía entre presos comunes y presos políticos. Incluso llegó a decir que “ni sabía para qué venía” a declarar.
Farías comenzó a ponerse nervioso ante las preguntas de la Fiscalía y la querella cometiendo una serie de incongruencias que pudieron haber derivado en un careo. El tribunal pasó a un cuarto intermedio para deliberar sobre esta cuestión, aunque Jaime Díaz Gavier, juez que preside la sala, decidió desoír el pedido. “Atento a las evidentes contradicciones que surgieran y el delito que pudiera incurrirse se decide no hacer lugar al careo”, dijo el juez. Por ello se incorporarán las declaraciones al expediente de la causa que podrán derivar en un delito por falso testimonio.
Puntualmente Farías dijo desconocer el asesinado de Bauducco, quien murió de un disparo en la UP1. Esta afirmación es opuesta a lo relatado días atrás por Enrique Asbert, quien aseguró que ambos vieron cómo ultimaban al militante político. La investigación acerca del falso testimonio estará a cargo del fiscal Vidal Lascano.
"Eramos objetos"
Otro testigo de la causa contra los ex represores, fue Carlos Avila. En su relato volvió a involucrar a Charlie Moore y a Pipo Romero, como “soplones” de la dictadura. En un principio, tanto Moore como Romero militaban en partidos de izquierda pero luego “se quebraron y pasaron de bando”. Avila, de 68 años, fue secuestrado el 24 de mayo de 1975 hasta el 18 de octubre de 1983. Narró las formas de torturas que tuvo que soportar, en un principio en la localidad de Unquillo y luego en el Departamento de Inteligencia (D2). Fue uno de los pocos que se animó a contar con detalle como sufrió la “picana” eléctrica: “Me colocan en una cama donde me atan de pies y manos. Me preguntan cosas que yo no sabía, primero con golpes (eléctricos) suaves, pero después cada vez más fuertes”. De esta manera dijo que a medida que lo torturaban con mayor intensidad, los mismos militares se reían de él y le decían “dale negro, aguantá”. “Al último, cada golpe me hacía estallar el cerebro. Quedaba todo en negro y después, al rato, volvía a la normalidad. Eramos objetos que no valíamos nada, no éramos seres humanos”, sentenció Avila.
Otras notas de la seccion Regionales
De muestra
Se viene otra gran jineteada
Los cargos que mañana votamos los cordobeses
Todos por Delfina
Festividad en honor a San Cayetano
|