El subjefe de la Policía de Córdoba, comisario General Héctor Daniel Pino, en diálogo con este medio, definió el perfil que busca la fuerza en la actualidad:
“No estamos ajenos a los cambios, por eso, hacemos hincapié en la capacitación permanente. Un policía nunca deja de aprender y debe adaptarse a las nuevas realidades sociales y delictivas”, aseguró el funcionario.
“Uno de los problemas que debemos enfrentar es que hay una gran brecha entre los efectivos más antiguos que están en actividad y las nuevas generaciones. Durante muchos años no hubo ingreso. Eso es una dificultad. Hay que enseñarles a los más nuevos cosas que no se aprenden en las clases teóricas, cosas que sólo se aprenden en la calle, porque no existe la capacitación ideal. Una cosa es la teoría y otra el trabajo de campo, la realidad cotidiana. Y hay que crearles conciencia de que somos servidores públicos. Pero tampoco se debe olvidar que los policías somos personas, como cualquiera, con nuestros problemas”, manifestó el subjefe policial.
- Hay muchas denuncias de vecinos que coinciden en señalar que los nuevos oficiales suelen maltratar a la gente, que “se les sube” la placa a la cabeza. ¿Qué puede decir al respecto?
- En primer lugar, creo que efectivamente eso puede suceder. Pero también hay que decir que la de Córdoba es una de las pocas policías que tiene un Tribunal de Conducta, compuesto por gente de los tres poderes, que la monitorea, la juzga y la sanciona. Por otro lado, me parece atinado señalar que los uniformados son un reflejo de la sociedad en que vivimos. No viene de otro país ni de otro planeta”, concluyó el comisario Pino.