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La tensa sesión en el Deliberante avivó el fuego |
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ESCRIBE: NET
El intendente de Villa Nueva, Guillermo Cavagnero, tuvo una semana sin tregua. En medio del conflicto con los trabajadores, y cuando todo parecía controlado, el proyecto del Parque de Salud le activó una bomba en el Concejo Deliberante que terminó explotando en la arena política y desparramando su onda expansiva por el laberinto de un peronismo que tiene profundas divisiones y va olvidando las “verdades” de su histórico pasado.
Las declaraciones del titular del Deliberante, Mauro Bizzarri, indicando que el “Gobierno (de Cavagnero) miente y manosea” son apenas una brisa comparadas con el huracán “Marcelo” que azotó las costas de nuestro río.
Frossasco salió al ruedo y tiñó de rojo el Ctalamochita (ver páginas 8 y 9).
No sólo acusó a la gestión “de corrupta”, sino que tildó a Cavagnero de títere de Villa María.
En el Concejo Deliberante, en una sesión áspera y cargada de tensión, se armó la previa de una pelea anunciada.
La realidad, más allá de los espejos de colores, tiene sus rasgos más delicados en la historia.
Si bien, Cavagnero fue parte de la administración de Marcelo Frossasco, luego cruzó el charco y pasó a formar parte del proyecto provincial de Eduardo Accastello, enfrentado (por esos días) con Juan Schiaretti en la pelea por el máximo sillón provincial.
En ese 2007, comenzó a fisurarse la estructura del PJ villanovense.
Mientras Frossasco promovía a uno de sus hombres para sucederlo en el Sillón de Freytes, Accastello acordaba con Schiaretti el candidato en Villa Nueva.
Fueron tiempos difíciles para el actual legislador que tuvo que salir a levantar la mano de Cavagnero ante los ojos atónitos de un número importante de seguidores.
“Los sapos que uno come, nunca los digiere”, solía decir un desaparecido dirigente del justicialismo.
Podríamos decir que Cavagnero fue el “sapo que Frossasco nunca asimiló”.
No es la primera vez que se producen roces entre los dos dirigentes.
Sin embargo, y a medida que se acercan los tiempos electorales, las internas van tomando color, olor y sabor.
Y nuevamente, como hace tres años, el peronismo está dividido y pintado para la guerra.
Accastello sigue trabajando en su candidatura a gobernador de la mano del kirchnerismo y Frossasco mantiene su fidelidad al peronismo cordobés comandado por el “Gallego” de la Sota y Juan Schiaretti.
¿Las diferencias en Villa Nueva tienen su base en esta interna? Algunos creen que sí. Otros piensan lo contrario.
Es difícil interpretar las verdaderas intenciones en las manifestaciones políticas partidarias.
Pero nadie duda, que la interna está.
Clavada como un puñal en la gestión villanovense. Haciendo enrojecer al río que baña las costas de las dos Villas.
¿Cómo seguirá este capítulo? ¿Quién lo sabe?
Todo puede suceder en estas orillas, donde agraviarse y abrazarse parecen ser sinónimos.
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