Contundente fue el testimonio del ministro de Industria y Comercio, Roberto Avalle, quien contó los últimos minutos de vida de René Moukarzel, preso político asesinado en la Unidad Penitenciaria 1 (UP1).
El funcionario público fue militar conscripto en los años de la dictadura y su declaración complicó la situación del imputado Alsina en el marco del juicio histórico a Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez.
Avalle estaba de conscripto en la UP1 en el año 1976, cumpliendo con el período de instrucción del servicio militar. Cierto día de invierno, en una noche muy fría, sintió movimientos extraños en uno de los patios de la penitenciaría.
“Cuando abrimos la puerta vimos algo tirado en el patio. Ese ‘algo’ era una persona. Estaba envuelta en un capote verde militar. Me acerqué para saber el nombre y si quería que le diga algo a alguien. Estaba agonizando, y lo único que emitía era un sonido gutural, en una inconsciencia total. Era el quejido de la muerte”, comentó el funcionario.
Además, agregó que al cabo Miguel Angel Pérez le decían Mónica y que las guardias de Gustavo Adolfo Alsina y Enrique Pedro Mones Ruiz eran las más temerarias.

Antonio Alcázar, testigo número 35

Siguiendo con la ronda de testigos, otro relato muy emotivo y revelador fue el de Antonio Fidel Alcázar, actual funcionario provincial. Además de las torturas recibidas en el Departamento de Información y el secuestro que sufrió en su vivienda, pudo brindar escabrosos detalles de cómo fue la muerte de Raúl “Paco” Bauducco.
Ambos presos políticos eran compañeros de celda en la UP1 cuando llegó el momento de la requisa. Fueron trasladados al patio del penal donde mientras los golpeaban los obligaron a desnudarse.
Fue en ese momento que el cabo Pérez le pegó terriblemente en la cabeza a Bauducco, dejándolo casi inconsciente. “¡Levantate o te mato!”, le ordenó Pérez al preso político.
Dada la imposibilidad de acatar la directiva, dicho oficial terminó por dispararle en la cabeza.
Alcázar pudo ver toda esa situación por encontrarse a escasos metros. “Se escuchó un tiro y vi la sangre que corría por la alcantarilla. Quedé muy conmocionado y no puedo recordar más”, confesó.

Menéndez y la prisión domiciliaria

A pesar de contar con cuatro condenas perpetuas en su haber, el represor Menéndez ya cuenta con la posibilidad de cumplir su pena en su domicilio.
Librado por el Juzgado Federal Nº 3, el juez Alejandro Sánchez Freytes firmó el pedido de prisión domiciliaria solicitado “estrictamente” por la Cámara de Casación.
Dado que ningún tribunal de ningún país ha solicitado la prisión común se le ha otorgado este beneficio, a pesar de tener varias causas en situación procesal.
Con respecto a las causas que competen a la provincia de Córdoba, el juez Jaime Díaz Gavier le confirmó a la prensa que una vez finalizada la audiencia ya podía retirarse a su hogar.
Inmediatamente los organismos de Derechos Humanos organizaron una manifestación convocándose en la bajada del Cerro de la ciudad de Córdoba.
Según el criterio de la Cámara de Casación, Menéndez cuenta con la prisión domiciliaria por el hecho que el ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército supera los 70 años de edad y, además, se encontraría muy enfermo.
“Mi defendido cuenta con una neumonía pulmonar doble, crónica, con peligro real de muerte”, aseguró su abogado, Alejandro Cuestas Garzón.
Siguiendo este planteo, una de las críticas que se le hace a la Cámara de Casación por parte de los organismos de Derechos Humanos, es que resuelva sobre la condición de prisión y no sobre la sentencia.
Recordemos que Menéndez tiene varias penas en su contra, dos en Tucumán y dos en Córdoba, que aún no están firmes. Esto quiere decir que todavía no confirmó ni siquiera la primera condena que pesa sobre sus espaldas.

Texto y fotos: Facundo Martínez (especial para EL DIARIO)