Hay momentos feos dentro del fútbol en los cuales poco se puede decir porque el ánimo no lo permite.
Uno de estos momentos parecía instalarse en los vestuarios de Alumni minutos después del clásico.
Por respeto, costumbre o porque simplemente recién va la primera fecha y es bueno “poner el pecho”, los fortineros enfrentaron los grabadores y micrófonos. No obstante, las explicaciones no surgían con facilidad.
“Nos vamos muy amargados”, reconoció el central Nahuel Caler.
“Realmente tuvimos mala suerte... A Carlos le picó mal la pelota y a ellos les picó bien, es así... Cuando no es tu día, no es tu día”, afirmó el defensor.
Para él, “era un empate clavado, se jugó mal de los dos lados, no hubo grandes chances”.
“No pudimos concretar y la suerte no jugó a nuestro favor”, cerró.
Por su parte, el delantero Carlos Herrera habló de “una enorme desilusión”. “Era para cero a cero y ellos encontraron un gol en el final que fue de otro partido”, apuntó.
Herrera tampoco culpó al arquero por la falla del final y habló del mal estado del campo de juego.
“Carli (Ronco) quiso salir reventando por arriba, pero las condiciones de la cancha son pésimas”, explicó el atacante.
Para continuar analizando las carencias que dejó el clásico, Herrera contó que Alumni generó “algo en el primer tiempo”, y recalcó que “ellos (por Estudiantes) llegaron con pelotazos para Gatto y nos complicaron un poco, nada más”.
De todas maneras, Herrera resaltó: “Corrimos todos”, a la vez que confió que el árbitro Sebastián Mastrángelo le dijo: “Si estaba bien la cancha, podríamos haber convertido dos o tres goles”.
“Ahora hay que levantarse, el martes empezamos a entrenar y tenemos que corregir errores”, agregó el atacante.

Ranalli

No sólo los jugadores estaban mal por la derrota.
Desde la conducción, Carlos Ranalli se mostró dolido, aunque analizó el partido con profesionalismo.
“Nos hubiera gustado arrancar ganando, pero fue un partido cerrado, de empate, de cero a cero y un error nuestro sobre la hora les dio un triunfo a ellos, que no se lo esperaban”, contó el entrenador.
Ranalli no dudó luego en decir que “habrá que aprender a jugar en este tipo de partidos, a salir de la fricción, de los partidos cerrados o, en todo caso, tratar de jugarlo de la misma manera, cerrarlo de otra forma”.
Pero el técnico no se dio más tiempo para lamentos y comentó que ahora se abocará a levantar el ánimo.
“Es importante que levantemos porque se viene un buen partido para la segunda fecha, de visitante; hay que corregir errores y no volverlos a cometer”, remarcó.