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El significado de especulación en materia política (no económica) es el siguiente: suposición o teoría, más o menos meditada, que se hace sobre una cosa o situación.
Vale la aclaración, porque en medio de un proceso de incertidumbre en torno a los candidatos de 2011 (como el que estamos atravesando) las especulaciones se instalan en terrenos
propios y ajenos.

Suposiciones y teorías sobre el futuro salen debajo de cada piedra. Hay quienes saben leerlas e interpretarlas y están los gallitos ciegos que sólo alcanzan a vislumbrar lo que el grosor de la venda les permita.
El tablero político de hoy; que mezcla verdades y mentiras, elogios y agravios, abrazos y golpes bajos, ojos abiertos y cerrados en un cóctel explosivo para todos los protagonistas; está lleno de especulaciones.

Y en ese terreno vamos a entrar, más allá de las arenas movedizas.
La oposición en Villa María ha comenzado, lentamente, a mostrar varios ambientes, climatizados y no tanto, de sus respectivos habitáculos.
Y espiando por el ojo de la cerradura, se pueden observar interesantes reuniones entre dirigentes de diferentes extracciones políticas que coinciden en numerosos aspectos de la situación villamariense.

De a poco, paso a paso, hay quienes marchan con la “vista al frente”.
El complejo armado de un frente electoral para hacer frente (valga la redundancia) al poder político de Eduardo Accastello, está en marcha.

¿Cuáles serán los resultados?, imposible saberlo. Sí, ya se conocen los interesados.
Días atrás, el dirigente mutualista (que en breve dejará la conducción de AMMA) Miguel Olaviaga juntó un interesante número de pesos pesados del radicalismo para dar los primeros pasos en el diseño de un programa de gobierno con la cámara puesta en el balcón principal del Palacio Municipal.

Una jugada, que unió a las cabezas principales de las dos líneas que se enfrentaron en 2007 y acercó para el debate ideológico a un grupo de jóvenes, trabajadores y al alfonsinismo histórico.
El encuentro fue observado de reojo por algunos integrantes del comité de calle Tucumán.
Es que Olaviaga ha destacado públicamente su interés de abrir las puertas a otros sectores de la oposición accastellista.
Una idea que no es compartida por determinados correligionarios que tienen brotes alérgicos ante la simple mención de “peronismo”.
Y, Olaviaga ha sostenido diversas conversaciones con dos sectores de origen peronista que hoy transitan por la vereda opositora: el juecismo y el costismo.

Desde las filas del juecista Alejandro Roganti (Militancia Peronista) han confesado, públicamente, que harán todos los esfuerzos para que se conforme un frente opositor con todos los que pretendan la revalorización de la ética pública, la transparencia en las acciones de gobierno y la honestidad en el manejo de los fondos públicos.
Los seguidores de Costa han dejado trascender que “están abiertos al diálogo con todos los que den valor a la ética pública y a la transparencia para darle a la sociedad un gobierno honesto y con inclusión social”.
Similares palabras salen de boca del grupo que rodea a Miguel Angel Olaviaga.
Los objetivos, a simple vista, son los mismos. Pero, en el terreno de las especulaciones cabe preguntarse ¿cómo se manejarán las individualidades a la hora de elegir candidatos?
Este ha sido siempre el principal escollo para que dirigentes de peso, puedan sentarse frente a frente y pensar en un proyecto colectivo.