La imputada Mirta “la Cuca” Antón dio inicio a la vigésimo cuarta audiencia del Juicio Histórico que tiene en el banquillo a Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez. Haciendo uso de su defensa, se expresó en contra de las víctimas del terrorismo de Estado que brindan testimonio frente al Tribunal Oral Federal Nº 1.
En ese sentido la imputada dijo que "ya no se soportan las contradicciones y mentiras" de las cuales ella es objeto y remarcó el hecho que los presos políticos “eran subversivos con armas de guerra, que incendiaban la ciudad con el rostro encubierto”. Por otro lado fue en contra del fiscal Carlos Gonella, el abogado Claudio Orosz e incluso del propio vocal José Pérez Villalobos.
En su ratificación por los hechos perpetrados en los años oscuros, Antón dijo que ella "era la víctima" y que no había exigido “ningún tipo de resarcimiento económico”. “Acá lo que se busca es dinero fresco”, expresó “la Cuca”, y agregó que va a exigir custodia para su familia porque si hay gente que ingresa a la sala “con grabadores y cámaras, también pueden pasar con armas o explosivos”.
Recordemos que Mirta Antón es la primera mujer enjuiciada por delitos de lesa humanidad y ya fue identificada por varios testigos como una brutal torturadora del Departamento de Informaciones (D2).

s Dos mujeres

Acto seguido y luego de jurar no faltar a la verdad, atestiguó Graciela Peralta Arias, amiga íntima de María Eugenia “Ivonne” Irazusta, quien tenía 28 años cuando fue asesinada. En su relato, Arias dio cuenta que se sintió muy extrañada de que Irazusta no haya asistido a la universidad el primer día de clases a pesar de su insistencia en terminar la carrera. La testigo comenzó a buscarla con premura hasta saber que había caído presa en el D2.
Días más tarde, precisamente el 30 de abril, se enteró por los medios de comunicación que “Ivonne” había sido aniquilada por fraguar un intento de fuga de la Unidad Penitenciaria 1 (UP1). No obstante en el velorio, a cajón abierto, pudo ver las secuelas de la terrible tortura de la que había sido víctima su amiga. “El cadáver parecía de una mujer de cien años: tenía las manos quebradas, los tobillos rotos, amoratado el rostro del lado izquierdo y latigazos en las piernas”, declaró la testigo. Tiempo después la madre de Irazusta le confesaría que su hija también tenía una perforación en el pecho. “¿Por qué la mataron? Si ella no tenía nada que ver”, le cuestionó Graciela Peralta Arias a los imputados.
Eva Magdalena Zamora, fue la segunda testigo del día, quien pausadamente recordó sobre los últimos momentos de vida de Marta González de Baronetto: “Ella era una persona muy comprometida social y políticamente. Era catequista, ayudaba a la gente del barrio y daba clases para adultos. Era muy vivaz, muy alegre”, dijo Eva Zamora. Además relató que ambas militaban en Villa el Libertador para tener agua potable porque estaban “cansadas de tomar agua contaminada de un aljibe”.
Marta González de Baronetto, al igual que Irazusta, fue torturada en el D2 y en la UP1 para luego ser fusiladas en 1976 por, supuestamente, fraguar un intento de fuga.

Texto y Foto: Facundo Martínez (especial para EL DIARIO del Centro del País)

¿Cuánto más va a durar?

Tanto abogados querellantes, como defensores, Fiscalía, vocales y jueces, se tomaron unos minutos para resolver la pertinencia de los testigos y el tiempo que insumen sus relatos. Entiéndase que están citados más de 100 declarantes en las causas “Videla” y “Menéndez” y se pretende lograr cierta celeridad para dictar sentencia antes de fin de año. Si bien es una estrategia de la Defensa dilatar todo cuanto sea posible el Juicio Histórico, el presidente del tribunal, Jaime Díaz Gavier, resolvió que para la semana pasarán de tres a cinco testigos por día. “Haremos un esfuerzo entre todos ya que la inmediatez de los hechos hace a la sentencia”, le expresó el juez a las partes.