Escribe: Dr. Eduardo L. Rodríguez

El jurista romano Dominicio Ulpiano definió a la Justicia como “el dar a cada uno lo suyo”, y esa máxima se ha mantenido a lo largo del tiempo. Lo que ha de analizarse es cómo funcionan los órganos del Estado en hacer realidad efectiva esa definición a través de la administración pública, y la intervención de los abogados como sus auxiliares.
En esta Argentina del Bicentenario, el ejercicio de la profesión no es ajeno a los buenos o malos momentos que atraviesa el país. Más aún, creo que es un termómetro de la convivencia social.
Cuanto más se recurre a la Justicia, significa que los particulares hemos perdido la capacidad de solucionar nuestros diferendos mediante el diálogo. Un tribunal cargado de juicios es síntoma de una sociedad que no convive, sino que trata de sobrevivir día a día en una lucha que, generalmente, gana el más poderoso en desmedro de los más necesitados.
Si a ello se le agrega que cuanto más lejos está uno de la capital, más tardan en llegar las soluciones, y si además uno está en el interior del interior, esas soluciones no llegan nunca. Entonces, aquella máxima de Ulpiano será una hermosa frase, pero no una realidad.
En nuestra ciudad, el crecimiento demográfico de estos últimos años ha conspirado con la administración de justicia. Hoy es común escuchar que los “tiempos de la Justicia” no son los de la gente, y eso demuestra que los Tribunales locales han quedado obsoletos para Villa María.
Estas falencias edilicias, de falta de personal y de medios que padece el Poder Judicial en nuestra ciudad, muchas veces es compensada por el esfuerzo humano de los funcionarios y empleados judiciales, que hacen que no sea tan notoria la reforma que urgente se necesita.
Creo que es hora que los villamarienses, en forma conjunta, sin distinción de banderías políticas, con la participación de los gobernantes y las instituciones intermedias vinculadas al tema, exijamos que se realicen los cambios necesarios para el correcto funcionamiento de la Justicia en nuestra ciudad.
Es hora que Villa María tenga una “Ciudad Judicial”.
Creo que la primera reforma que debe hacerse depende del Gobierno de la provincia, y es “federalizar” la administración de justicia. Muchas veces vemos que los cordobeses nos quejamos que desde la capital del país “nos dejan afuera”, y aquí ocurre lo mismo con Córdoba capital y el interior.
Los Tribunales cordobeses se encuentran completamente informatizados y aquí, en más de una oportunidad, los abogados hemos tenido que llevar nuestra propia “plasticola” para poder enviar una cédula de notificación porque desde Córdoba no llegaron los suministros judiciales. Esas pequeñas falencias, muchas veces provocan el descontento de quienes recurren a la Justicia.
En Villa María, el funcionamiento de la administración de justicia no está ajeno a la situación que vive el resto del país. Se nota la falta de medios, no sólo en el tribunal, sino en sus auxiliares como la Policía y el Servicio Penitenciario.
Ha ocurrido que en una misma sala se le esté tomando declaración a una madre que va a denunciar que no le pasan la cuota alimentaria de sus hijos, a dos metros declara el testigo de un robo y dos metros más allá es indagado un detenido por una violación.
En esas condiciones, nadie trabaja con comodidad, ni los que deben aplicara la ley ni los justiciables.
Hoy se reclama a la administración justicia que bregue por la inseguridad que se vive en la calle y, en realidad, ésta es el eslabón del medio en la cadena de la seguridad.
Hay tareas previas, como la prevención, que no funcionan adecuadamente, también por falta de medios. Hay tareas posteriores a la aplicación de la ley, como la reinserción social de los condenados, en la que estamos fallando, y allí no solamente el Estado sino nosotros mismos como sociedad.
La inseguridad que se vive en la calle refleja un gran índice de reincidencia, y esto es responsabilidad del Estado y de la sociedad que no ha sabido cómo contener a aquellos que han cometido un error.
La reforma del sistema judicial tiene que empezar en forma individual en cada uno de los actores que en él participan.
Estos deben comprender que el órgano judicial, los abogados como sus auxiliares y las fuerzas de seguridad como complemento, jugamos todos en el mismo equipo, y que a través del trabajo y el esfuerzo, entre todos podamos lograr que a los villamarienses se les pueda “dar a cada uno lo suyo”.