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Assorati resaltó que detrás de los prostíbulos hay una mafia del crimen organizado. La detención de un proxeneta tradicional no impacta en nada: hay una red detrás |
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Se concretó ayer la segunda y última jornada del primero de los tres encuentros que se llevarán a cabo en el marco del taller sobre “Trata de personas”, que organiza Vínculos en Red junto a la Universidad Nacional de Villa María y la delegación local de la UEPC.
La licenciada Mercedes Assorati, una referente nacional en la lucha contra este delito, mantuvo una extensa entrevista con EL DIARIO en un recreo de su exposición, realizada en el salón de las Hermanas Adoratrices.
- Se conoció el viernes que la Policía de Córdoba tendrá una División de Lucha contra la Trata. ¿Qué reflexión le merece?
- “Me parece excelente. Los organismos de seguridad deberían tener siempre una área especializada, así como existe la de la lucha contra el narcotráfico.
Córdoba es una de las últimas provincias en contar con esta división, porque casi todas tienen, aunque no quiere decir que funcionan bien y de la misma manera.
Muchas andan bien, como en Entre Ríos o Santa Fe, y otras han sido denunciadas, como la de la Policía Federal de Buenos Aires.”
- ¿Qué características presenta la provincia respecto a este delito?
- “Córdoba es una provincia con alta incidencia de trata, no sólo para explotación sino para reclutamiento. Existe mucho reclutamiento en zonas rurales y también funciona como lugar de tránsito para la trata internacional: ha habido informes del ingreso de diez paraguayas por semana que después son comercializadas en Córdoba para el resto del país.”
- ¿Por qué entonces es una de las últimas provincias en contar con una división que se dedicará a combatir estas redes?
- “Es una pregunta para hacerle a las autoridades, yo lo que digo es que era urgente crear la división. Hay comisarios que han hecho investigaciones maravillosas, lograron desbaratar una red y fueron separados de la fuerza. Saque usted sus propias conclusiones.”
- Algunos diarios del país decidieron no permitir la incorporación de avisos clasificados sobre prostitución. ¿Cuáles son las razones que plantean las organizaciones que avalan esa postura?
- “Mire, los prostíbulos están prohibidos por ley nacional por lo que promover o poner avisos de lugares prohibidos también debería ser un delito.
Me exime de una evaluación ética porque está prohibido por ley.”
- Pero la mayoría de los avisos no son de lugares sino que corresponden a personas que ejercen la prostitución.
- “Si una mujer ejerce por cuenta propia sabemos que no está penado, pero si uno analiza los avisos, descubre que 50 señoritas tienen el mismo teléfono y eso es porque hay un regente, un proxeneta, lo que sí está penado. Es un delito el proxenetismo, por lo que tampoco entonces podría existir la promoción de esto. Y hay que comprender que la realidad no es la misma que hace diez años: lo que está detrás de los prostíbulos es el crimen organizado, que lucra con la esclavitud de los seres humanos.
Lo que tenemos que plantearnos de ahora en más es qué queremos ser, o un país dominado por las mafias y entonces nos pareceremos a México o Colombia o estar libres de estas redes mafiosas que explotan. Hagamos cumplir las leyes, entonces.”
- Desde su experiencia, ¿hay casos en que las mujeres consienten libremente tener un proxeneta? ¿O siempre está el sometimiento detrás?
- “Si usted conoce el funcionamiento de los prostíbulos, se verá que es una explotación abominable. Son maltratadas, se les ponen multas muy altas, son obligadas a trabajar enfermas, no poseen vacaciones. Cualquier prostíbulo es explotador, sea que haya trata o no.”
- Hace dos años, las Hermanas Adoratrices revelaron que en la ruta pesada de Villa María, a las chicas se les adulteraba la identidad y las edades. Cuando EL DIARIO consultó a los fiscales de Instrucción, argumentaron que en casos de investigaciones, las mujeres no acusan a sus presuntos proxenetas. ¿Qué opinión tiene sobre estas afirmaciones?
- “Nosotros encontramos permamentemente a mujeres sin conciencia de ser explotadas.
Por ejemplo, les preguntamos cuánto les pagan y se ponen a sacar la cuenta de cuántos pases hacen por noche. A ellas no las dejan anotar, más allá de que además muchas veces están alcoholizadas y drogadas. Así vemos que, cuando deberían haberles pagado 6 mil pesos, le dieron 400. En varias ocasiones ellas no presentan mucha claridad mental.
Hay algo que quiero subrayar: que no tengan conciencia, no signifca que no sean explotadas en realidad.
Las mujeres sufren amenazas de que les van a matar a familiares, que les van a sacar a los hijos, etcétera, entonces están reacias a declarar contra los tratantes porque tienen pánico. A eso hay que agregarle que para muchas es su medio de subsistencia.
Por lo general, somos las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) las que recibimos las denuncias, porque no hay confianza en las autoridades.
Se hacen mal los allanamientos, con declaraciones que se toman al lado del tratante, frente a un policía que quizás el día anterior estuvo allí en el prostíbulo...
Hay que empezar a revisar el sistema de protección, hay que brindar programas de asistencia y protección, hay...”.
D.B.
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