Pintar una estrella amarilla en el lugar donde falleció un ser querido es remover una herida nunca cerrada. A pesar del dolor que representa, los familiares de muertos en accidentes lo hacen, para llamar la atención y generar conciencia.
Eso fue lo que ocurrió ayer, cuando los padres y amigos de Roberto Alvarez, el joven que murió en un accidente el 19 de febrero de 2008, pintaron una estrella para recordarlo en la esquina de Córdoba y Carranza.
En ese entonces, tenía 22 años y circulaba en motocicleta.
“Es la segunda que pintamos en Villa Nueva”, dijo Graciela Ferrero, una de las integrantes del grupo.
“Nosotros comenzamos en marzo, después de todo lo que hicieron en Villa María y no nos apuramos para pintar, porque entendemos que cada familia tiene sus tiempos y los respetamos”, agregó.
La primera estrella pintada en Villa Nueva fue la que recuerda a Valeria Hernández, en Lima y Carranza.
Los grupos de ambas Villas siguen trabajando para que la comunidad tome conciencia que hay que respetar las normas de tránsito para respetar la vida.
De esta manera lo recuerdan, con las estrellas brillando con el nombre de los que ya no están.