UN PAR DE PREGUNTAS:

• ¿Por qué la conducción de la Unión Industrial Argentina decidió “llevar” el acto central a la ciudad de Paraná, cuando siempre lo realizó en Buenos Aires?

• ¿Cuál será la principal demanda que plantearán los industriales frente a la coyuntura histórica que vive el país?

Por primera vez en la historia el acto central del Día de la Industria se celebrará fuera de la ciudad de Buenos Aires.
Esta vez el escenario elegido para el encuentro de los empresarios, funcionarios e invitados especiales será la ciudad de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos.
Precisamente, en esa ciudad mesopotámica se desarrollará mañana (aunque el Día de la Industria es hoy, 2 de setiembre), en coincidencia con las realización de la Sexta Jornada de la Industria y el Comercio Exterior.

A ocho voces

No será un celebración más, sino que, por encima de las formalidades de todo festejo sectorial, existe una gran expectativa por los mensajes que brindarán los representantes del sector productivo, cada uno desde su óptica, los del Gobierno, según provengan de los estados nacional o provincial, de la banca, de instituciones supranacionales e, incluso, de la industria brasileña.
Es así que, lejos de pretender constituir un afinado coro, durante la jornada de mañana se escucharán ochos voces, ya que disertarán el actual presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, de José Ignacio de Mendiguren (también de la UIA, pero crítico del kirchnerismo), de Mercedes Marcó Del Pont (presidenta del Banco Central), de Bernardo Kosacoff (de ex Cepal), de Miguel Scagliotti (consultor de la Dirección General del Mercosur), de Mauro Alan (titular del Bice), de José Augusto Coelho Fernandes (director ejecutivo de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil) y de Sergio Urribarri (gobernador de Entre Ríos), quien cerrará la serie de alocuciones.

Tensa coyuntura

Desde hace ya varios días, cuando se conoció que el acto central de la UIA se realizaría en Paraná, comenzaron a tejerse una serie de conjeturas, a la vez que los medios entrerrianos anticiparon sobre “la tensión” que ha generado el encuentro en tierras de Justo José de Urquiza, debido a las circunstancias propias de la coyuntura política que vive el país.
La tensión, según evaluaron los medios de comunicación paranaenses, se asienta en los incesantes cruces entre la entidad que nuclea a los industriales del país y el Gobierno nacional, al debate abierto en el caso Fibertel y al conflicto desatado por Papel Prensa, entre otros.

La “inconvivencia”

La relación UIA-Gobierno seguramente estará en boca de, al menos, algunos oradores, aunque todos opinan que José de Mendiguren focalizará finalmente la espinosa cuestión.
En esta ocasión todos los sectores productivos dirigirán la mirada hacia el encuentro en Paraná, que se producirá bajo la tensión mediática.
Sólo recordar que la UIA no concurrió, pese a ser invitada, al acto realizado en Casa de Gobierno, durante el cual la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio a conocer el informe sobre Papel Prensa SA, ya es todo un dato.
Que pocos días después, mañana precisamente, se celebre por primera vez el Día de la Industria en la ciudad homónima al majestuoso río Paraná, no es un dato menor, sobre todo cuando, algunos industriales de peso en la conducción de la UIA hablan de “poner distancia” con el Gobierno.

Una queja

El auditorio del Hotel Marfan Suites & Tower de Paraná será, con seguridad, caja de resonancia de una queja visceral, que sonará más a ultimátum que a siemple solicitud o exhortación.
Y la queja tendrá que ver no sólo con la sensación de los industriales, sino, sobre todo, con la convicción de que ha llegado el momento de “plantar bandera” frente a una situación que, sostienen muchos empresarios, resta posibilidades al crecimiento, espanta a los emprendedores y perjudica ostensiblemente a la Argentina.
¿Cuál es la queja? Ni más ni menos, según apuntó un periodista especializado entrerriano, que “el estado de crispación y conflictividad política permanente que atenta contra el desarrollo del país y la inversión privada”.

Mil reclamos

Tras la queja se sucederán los reclamos, algunos reiterados casi todos los años.
Por un lado, se pedirá el control inflacionario, así como de la informalidad laboral, pero también se exigirá que haya inversión en obras de infraestructura, pero que éstas sean direccionadas a través de una política económica, debidamente consensuada, que apunte a la producción en serio y hacia el futuro.
No se dejarán de plantear los problemas que ocasiona la presión tributaria, a la vez que se planteará una vez más la necesidad de afrontar, de manera integral y decidida, las carencias energéticas, para lo cual se reclamará una fuerte inversión de los dineros públicos en tal sentido.
Y, como complemento de la queja enunciada en primer término, las voces de los industriales también demandarán al Gobierno y a todos los sectores de la vida nacional, el compromiso de recorrer esta etapa de transición política en el marco del consenso y el respeto por las ideas.