La camarista Silvia Saslavsky de Camandone le impuso ayer una condena de ocho años de prisión efectiva a un vecino de Pampayasta Sur, luego de declararlo culpable de haber corrompido y abusado sexualmente a una chiquita de su entorno familiar que estaba a su cuidado.
Se trata de Miguel Angel Martínez, de 65 años de edad, quien reconoció su responsabilidad en los graves episodios registrados en fechas que no pudieron ser precisadas, pero comprendidas entre mediados de 2008 y los últimos días de agosto del año pasado.
Precisamente el 31 de agosto de 2009, la Justicia puso fin al depravado proceder del sexagenario, quien fue detenido tras una denuncia en su contra, formulada por los padres de la menor.
La confesión posibilitó que el juicio fuera de trámite abreviado (motivo por el cual no se receptaron testimonios, evitándose incluso la revictimización de la criatura abusada), y por contrapartida Martínez accedió al mínimo de la pena prevista por la legislación vigente para el tipo de delitos que se le atribuía, cuya escala va de ocho a 20 años de prisión.
La ausencia de antecedentes, tanto policiales como judiciales, también favoreció su situación procesal.
Instancia privada
Como es habitual en este tipo de juicios, la audiencia de debate se realizó a puertas cerradas porque los sucesos investigados son de instancia privada. Es por eso que no se permitió el ingreso del público ni de los medios de prensa a la sala de deliberaciones de la Cámara del Crimen, ubicada en el quinto piso de los Tribunales de Villa María.
No obstante, pudo saberse que Martínez fue declarado autor material de los delitos de "abuso sexual con acceso carnal, doblemente calificado" (por la relación de parentesco y porque la víctima estaba bajo su tutela) y "corrupción de menores", por hechos crónicos cometidos desde aproximadamente unos 14 meses antes a ordenarse la detención.
Nacido en Pampayasta Norte, el sexagenario estaba radicado en la contigua localidad de Pampayasta Sur, y precisamente fue su casa el escenario de los abusos por los que fue condenado en la víspera.
Al momento de ser privado de la libertad, Martínez se ganaba la vida trabajando como empleado de una chacarita. En la faz personal, está separado de hecho y es padre de tres hijos mayores, que ya no vivían con él. Asimismo, pudo saberse que padece serios problemas de salud, ya que es diabético, hipertenso y sufrió tres infartos, el último estando alojado en la cárcel de barrio Belgrano.
En cuanto a la condena, cabe señalar que como se trata de un convicto primario podrá acceder a la "libertad condicional" cuando complete cinco años y cuatro meses de prisión, período equivalente a las dos terceras partes de la sanción aplicada. Ello sucederá el 31 de diciembre de 2014.
Además de la jueza Saslavsky de Camandone, intervinieron en el proceso oral y privado el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y el abogado villanovense Jorge Bustos, en calidad de defensor, mientras que el secretario actuante fue Roberto Jue.
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