No es la primera vez que ocurre, al contrario. Ha sucedido con muchos de los casos que salen a la luz pública. La población se consterna ante ciertos sucesos y estrecha su mano solidaria.
Ocurrió con la mamá de Marco Ludueña, el pequeño que fue trasplantado en 2009 y que no pudo sobrevivir. Cada vez que su lucha era reflejada en nuestras páginas, su progenitora, Mary Casas, recibía un aluvión de afecto. Sucede a menudo, también, cuando un vecino sufre el incendio de su casa o cuando no tiene para alimentar a sus hijos. Ahí también aparece la mano solidaria del hombre.
Silvia, la mamá de Gerardo Chodi (27) hoy sabe de qué se trata eso. Es que desde que el caso se hizo conocido a través de la portada de EL DIARIO, el viernes 27 de agosto, la mujer ha recibido el apoyo de los vecinos de la mejor manera.
Gerardo es el joven que padece el Síndrome Neuroléptico Maligno, que provoca una alteración en la conciencia y es una reacción adversa al uso de algunos medicamentos. Es una enfermedad muy poco común, que lo dejó en estado de coma. A diario, el esfuerzo de los especialistas que lo atienden ha llevado a que existan avances y hoy está internado en una habitación común de la Clínica de Especialidades.
“Se acercaron personas que no conozco, para decirme que rezan por él. También llegaron parientes, que se enteraron al leerlo. Pero lo que más me llamó la atención es que vecinos me trajeron cartas, estampillas... hasta una Biblia”, confió Silvia a este matutino, ayer.
Como ella le había contado a este medio que Gerardo jugaba al rugby, y que por eso ella le hablaba del deporte, el equipo de Primera División del Jockey Club de Villa María, conmovido al leer la historia ese viernes 27, decidió regalarle al joven una camiseta oficial, con la firma de los jugadores.
“La trajeron este miércoles, cuando estaba mi marido”, reveló Silvia ayer y expresó su agradecimiento “a todos”.