El actor, director y periodista local Juan Montes ha brindado el viernes pasado una singular charla abierta en el Rectorado de la UNVM titulada “Pido la palabra, apuntes de militancia”.
Ante un auditorio ocupado en poco más de mitad de sala, Montes esgrimió una lectura simpatizante sobre la gestión presidencial bajo la temática: “La construcción del discurso contrahegemónico como sostén del modelo nacional y popular de Cristina Fernández”.
Acompañado por el escritor y director de Cultura Normand Argarate y munido de una “netbook”, un atril a un costado y una fuente de donde extraía textos preparados, el pensador amplió los conceptos que había esbozado en el artículo publicado por este medio en abril, titulado “Acerca de esta mujer”. Mediante una oratoria que oscilaba entre la descripción conjetural hasta apasionadas intervenciones líricas, Montes se centró en destacar los pilares progresistas de la administración kirchnerista (ley de medios, matrimonio igualitario), en contraposición a lo propuesto por la “virtualidad” mediática. Trayendo a colación categorías de la semiótica y del sociólogo francés Pierre Bourdieu, habló de la disputa de “la palabra”, como constructora de sentido y pensamiento. Destacó a Cristina Fernández (así, sin alusión matrimonial) como una estadista provocadora de discusión política, con gran capacidad diplomática y que siempre sabe “qué decir y a quién se lo dice”, además de ser una encarnación de las políticas del primer peronismo. Al momento de abordar el conflicto agrario, identificó dos campos: “el sojero, del reclamo monetario” y el “ideológico, o de los medios concentrados”, que resignificaba “a su favor” aquellas demandas de renta.
Aquí Montes aportó una distinción: “El campo no es abstracto, como lo mostraban desde los medios de Buenos Aires”. Habló de “nuestros gringos” a quienes “se los puede tachar de conservadores, de aferrados al ahorro, pero que no son lo mismo que Biolcati, quien pelea por un modelo”. Tras caracterizar a los simpatizantes de la gestión surgidos por fuera de las estructuras partidarias y sindicales (o “el país de la percepción”), Montes cerró su alocución con la frase que culminaba su recordado artículo: “¿Cómo no va a generar odio si hace lo que otros gobiernos populares hubieran querido hacer? ¿Cómo no va a generar odio si hace lo que cualquier gobierno antipopular no quisiera que se haga? ¿Cómo no va a generar odio si para colmo, esta mujer, es mujer?”.
Tras el aplauso del público, el disertante ofreció un más que ocurrente final, cargado de simbolismo “nacional y popular”. Instó a los militantes a convertir el “entusiasmo en fervor”, parado dentro la fuente desarmada para su propósito, emulando a los “descamisados” del 17 de octubre de 1945.