@ Imaginar
Qué bello es poder imaginar proyectos, elaborar ideas y recrear otras tiradas al azar en una mesa de café.
Es bello porque van cobrando forma y el alma empieza a regocijarse con la posibilidad de verlas concretadas, puestas en marcha, aprovechadas por otros seres de éste, nuestro único y bendito planeta, la preciosa y nunca bien valorada Tierra.
Voy a lo concreto: creo que la autovía que nos une ahora con Córdoba capital es una obra que merece ser halagada, elogiada y por qué no, extendida hacia algunos lugares de nuestro país, pleno de paisajes, costumbres, ritos a veces desconocidos en otras regiones, es innegable los beneficios que trae y también los cambios que ocasiona en nuestro ambiente.
Ahí lo de imaginar... Imagino que Villa María se amigará con su ambiente, que logrará en el espacio que ofrece este tramo de autopista alcanzar con la cantidad de tres grandes árboles por habitante y cinco por cada automóvil que circula por la ciudad. Creo que logrará el equilibrio necesario entre espacios verdes y concreto, volverá a ser una ciudad parque, donde los habitantes puedan poner un cable a tierra entre tanto mundo apurado al cuete.
Así que en el tren de imaginar, me desvela pensar las medidas que los responsables de guiar nuestros destinos están tomando para lograr disminuir la polución visual, el nivel de ruidos y descarga de gases de la variada fauna de vehículos varios que habitarán la mencionada autovía.
Sinceramente, me encantan los algarrobos y los aromitos, ni que decir de la verde y mutable corteza de los chañares. Qué bueno es establecer futuros “lugares-árboles” donde seguramente las aves autóctonas construirán sus nidos. Con lo anterior, no quiero decir que debamos por ello despreciar a los pacaráes, las “hierbas gigantes” como el ombú, los lapachos y por qué no, alguno joyita como el palo rosa para matizar...
Guau... no aguanto la idea de ver establecida una mini reserva de aves en tránsito como los flamencos, comunes en esta zona. Ver cómo anidan sirirís entre juncales.
Me imagino lo febril de tener que pensar en cómo distribuir las especies, cómo lograr un riego equilibrado, cómo instruir a los guardaparques. No puedo dejar de pensar en la carta a los distintos viveros provinciales solicitando donen sus especies más características, en establecer las perforaciones para el suministro de agua, en cercar discretamente zonas de recreo para que no representen un peligro para los que las usen, el cómo lograr impermeabilizar la laguna para las aves y cómo evitar que ellas sean atropelladas en la ruta.
Me siento ya gozoso de respirar un aire distinto, me veo parado mirando las estrellas sin el buuu continuo de autos circulando.
Cuánto para pensar, señores concejales de mi ciudad, cuánto para legislar, qué bueno verlos dejar de lado los egos mezquinos, trabajando codo a codo y sudando con el Ejecutivo y el Ejecutivo intercambiando pareceres con ustedes, pelando por la ciudad de nuestros hijos, porque aunque nos duela un poquito, nosotros quizá para esta altura no estaremos, pero... ¿No se sienten grandes imaginando el orgullo de saber que las generaciones futuras agradecerán que los viejos pensamos en ellos?...¡¡¡Treinta años antes!!!
Cuando el sabio apunta con el dedo a la luna, el tonto mira el dedo... Mi alma salta de alegría pensando que todos miramos la luna.
Tenemos todo para alcanzar las alturas, aprovechemos esto y no usemos la energía para cosas inútiles que no nos sirven más que para llenar nuestro orgullo, egos y vanidades. Eso, dejémoslo para los seres de segunda, nosotros estamos para lo grande, lo importante, pasemos a la historia como la generación que dio el salto.
Queda en ustedes, los que asumieron conducirnos y legislarnos, hacernos pasar a la historia y ser el orgullo de los hijos que engendramos.
Ingeniero Mario Lozano
DNI 14511222
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