Escribe: Juan Manuel Gorno
(enviado especial)

Alumni dejó “la falta de hombría” de lado y consiguió ayer un punto con guapeza, en un partido donde cerca estuvo de quedarse con todo ante Juventud Unida Universitario, uno de los candidatos a clasificar en la Zona 2 del Argentino A.
Con diez hombres durante más de un tiempo, el equipo villamariense igualó 2 a 2 y logró así su primera unidad en el campeonato, salteando entonces aquel arranque triste que tuvo, con tres derrotas consecutivas.
Concentrado y con actitud, el equipo conducido por Carlos Ranalli no derrochó fútbol, pero sobrellevó un partido complicado no tanto por la calidad del rival como por el arbitraje de Facundo Díaz, que lo perjudicó desde temprano y no le permitió pensar el encuentro de otra manera.
El árbitro de Ayacucho pareció convertirse en la figura de Juventud de San Luis cuando primero cobró un penal inexistente, luego expulsó a Diego Villagra y al final dejó jugar hasta que los dirigidos por Fernando “Teté” Quiroz empataran, con el olfato goleador del delantero Claudio Bustos.
Con cinco hombres en el fondo, Ranalli buscó aguantar el avance del local y el negocio parecía certero, teniendo en cuenta que prácticamente la “Juve” no probó al arco en el primer tiempo y chocó constantemente contra esa defensa expeditiva. Pero además, para la réplica, Román Strada siempre estuvo atento a cada pique y Orlando Porra jugó con criterio para transformarse en lanzador o sumarse al ataque.
Precisamente, Porra estuvo cerca de convertir a los 7 minutos, cuando pisó el área y envió un tiro rasante que logró controlar el arquero Valentín Brasca. Pero cuatro minutos después, el volante recibió la descarga de Carlos Herrera y no dudó en abastecer con maestría a Strada, quien encaró entre los centrales, quedó solo ante Brasca y puso el 1 a 0 con un toque preciso, al palo más lejano.

Lo increible

No tuvo demasiado tiempo de festejar Alumni porque, tras cartón, el árbitro empezó a empañar la tarde con un fallo escandaloso: el debutante arquero Julián Espeche fue a buscar arriba y se quedó con la pelota, pero el juez vio un penal de Yocca sobre el aire, amonestó al santiagueño y le dio la chance que nunca podía tener Bustos.
El ex Belgrano aprovechó el regalo, definió desde los doce pasos y puso el empate entre el enojo de todo Alumni con el árbitro, que seguía con su mirada selectiva en cada disputa por la pelota dividida.
De todas maneras, Juventud no tomó esa ayuda como motivación hasta el final de la etapa porque se vio enredado en la telaraña que le tejieron Gastón Molina, Gonzalo Charra, Alexis Díaz y compañía.
Alumni, mientras, se mantuvo atento a cada contragolpe y estuvo cerca del 2 a 1 antes del cierre del período inicial merced a un tiro de esquina donde falló Brasca y terminó en la poca definición de Bonaldi, quien se llevó por delante la pelota por el segundo palo.
Lo concreto que antes del final del primer tiempo, Díaz dio la otra nota de la tarde, al expulsar a Villagra por un supuesto codazo. Y allí, aunque el defensor estiró el brazo en la disputa por el balón, nunca quedó la impresión que hubiese existido intención concreta de agredir al rival.
Así, en medio de un clima de injusticia que pocos suelen soportar, Alumni debió afrontar el complemento en inferioridad numérica y trató de aguantar los embates rivales. Se acomodó con Porra más retrasado y Alexis Díaz trasladado al sector izquierdo de la defensa, por lo que alcanzó a cubrirse sin problemas. Pero eso no significó dejar de pensar en el arco del frente y Porra así lo entendió.
En consecuencia, a los 11’, el volante acompañó una jugada, tomó un rebote en la mala salida del fondo local y convirtió el 2 a 1 después de enfrentar y dejar atrás a Brasca.
A partir de allí, el conjunto de Quiroz fue acumulando desesperación y cambios, en la medida que Alumni cubrió espacios atrás, reventó lo que le llegó cerca o, en su defecto, se abrazó a la buena actuación de Espeche, quien sacó un cabezazo casi mortal de Bustos, a pocos metros.
El arquero tucumano, además, organizó un contragolpe que pudo terminar en la máxima alegría de Alumni, sólo que primero Strada y luego el ingresado Bolatti no pudieron terminar la acción frente al arco de un llanero solitario Brasca.
Con el ataque cansado, Ranalli (desde afuera de la cancha, debido a la expulsión que sufrió por protestar) movió el banco y terminó por sacar a Strada, muy extenuado.
Juventud se acercó cada vez más al empate y sufrió porque Bustos tiró un cabezazo cerca del palo y Sebastián Núñez reventó un tiro libre en el palo, antes que Maximiliano Rosales se llevara la pelota por delante y con el arco a su disposición.
Parecía entonces que el milagro villamariense era posible, pero Díaz hizo jugar hasta los 48’ y uno de los tantos pelotazos de Juventud terminó bajado por cabeza al centro del área, donde Bustos exhibió sus dotes y colocó el empate final.


El árbitro

Facundo Díaz pareció tener la camiseta de Juventud pegada al pecho. Cobró un penal que sólo él pudo apreciar y enardeció a los jugadores de Alumni en cada fallo. En la expulsión de Villagra, no midió la intención. Demasiado localista para ser real.


La figura

Orlando Porra fue la conexión justa que necesitaba Alumni para la asistencia de los delanteros. Dio un pase gol y convirtió el segundo. No parece estar a pleno físicamente y por eso salió. En el local, Claudio Bustos se destacó por sus goles y su presencia intimidante en el área rival.