Hoy en día, no se descubre nada nuevo al decir que la televisión es uno de los principales medios en los cuales nos apoyamos para cubrir nuestras necesidades de información y recreación. El común de la gente, pasa gran parte de su día frente a la bendita “caja boba”, que a pesar de la fuerte competencia que recibe de Internet, no deja de tener un lugar de privilegio entre nuestros dispositivos tecnológicos preferidos.
Asimismo, cabe destacar la importancia creciente que están teniendo los videojuegos en nuestro mundo actual, siendo la principal referente la conocida Playstation. Niños y adultos disfrutan de ellos fuertemente, ya que son grandes proveedores de momentos entretenidos.
Aquellos que tienen la bella misión de criar niños, se identificarán al leer estas líneas, en cuanto al alivio que les produce cuando ellos dejan de revolotear en la casa, cuando están jugando, requiriendo constante atención. De repente, viene el salvador: "¡¡Mami, ya empieza Ben 10!!" y los pequeños corren al sillón más cercano y se quedan media hora tranquilos. Entonces, aparece el tiempo para hacer otras cosas importantes de la casa o del trabajo.
Un rato de tranquilidad necesario en nuestra complicada vida de adultos. Podemos citar un caso similar con los videojuegos: nuestros niños quedan absortos por los juegos y nosotros por un momento, “liberados”.
En definitiva, en nuestros hogares, con muy pocas excepciones, hay televisores disponibles para pequeños y adultos y las Playstation y similares, si bien menos indispensables, están teniendo una presencia creciente en las casas argentinas. Son componentes importantes de la recreación de los niños, y por ende, de su educación. Como todos sabemos, los niños aprenden jugando también.
Por ello, es necesario reflexionar un momento sobre el rol de estos dispositivos tecnológicos en la educación de nuestros infantes. La tentación de que los chicos pasen la mayor cantidad de tiempo quietos, con la atención captada por estos aparatos, es alta. Nuestro tiempo siempre es escaso, los niños nos absorben mucho, deseamos más espacio para nuestras cuestiones de adultos. Pero como en todas las cosas, todo en su justa medida. La receta para la saludable educación y recreación de los chicos debe tener ingredientes variados, complementarios y equilibrados.
Un poco de televisión y videojuegos, sí, una hora al día. Que no falten las actividades manuales -dibujo, juegos de construcción, masas moldeables, etcétera- que tanto estimulan la creatividad de nuestros niños; que no sean escasos los juegos deportivos -bicicleta, juegos con pelota, salto con piola, entre otros- tan importantes para el desarrollo físico y mental armónico; que siempre dispongamos de momentos para cultivar sus pequeñas mentes, a través de la lectura de cuentos divertidos y para satisfacer sus inquietas cabecitas, dando una adecuada respuesta a sus curiosidades. Incentivarlos a que lean. Los libros siguen y seguirán siendo una fuente inagotable de aprendizaje.
Un exceso de TV y videojuegos, no sólo que desbalancearía la educación y recreación de los niños, sino que podría implicar efectos no deseados. Si ellos pasan mucho tiempo frente a la tele, son mayores las probabilidades de que accedan a contenidos que consideramos inapropiados. De este modo, deberíamos sentarnos a su lado para que no utilicen el control remoto (que tan rápido aprenden a manejar), para detenerse en canales que contienen programación no indicada para menores. Esta situación se complicaría aún más, si disponen de una TV en sus habitaciones. A su vez, muchos videojuegos incitan demasiado al “hay que matar a todos los malos” para sumar más puntos o pasar al siguiente nivel, estimulando excesivamente el espíritu competitivo y conviviendo así nuestros niños, con temáticas de armas y violencia.
Como conclusión, sostengo que la TV y videojuegos no son nocivos en sí mismos. Como dice el viejo refrán: hay que usar pero no abusar. Pequeñas dosis diarias de televisión, con contenidos adecuados para niños, es parte importante de su crecimiento y educación. Que los chicos jueguen con videojuegos que no inciten a la violencia, no es desdeñable tampoco. Lo sabio es asumir la responsabilidad que tenemos como padres, en cuanto a la educación y recreación equilibrada de nuestros niños, prestando atención a pequeñas buenas prácticas, que tan determinantes serán para su futuro.

Valentina Astrada
Mat. 5946
Lic. en Psicología
Centro de Terapias de Vanguardia