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Elba no cree que su hijo Darío se haya suicidado |
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Elba (50) no soporta y se deja vencer unos segundos por un llanto estremecedor. Su hija Silvana (26) se come las uñas nerviosa y su rostro se baña completamente en lágrimas.
Madre y hermana de Darío Juárez, un policía que murió apenas a los 22 años el 24 de junio de 2006, no toleran tantas dudas y se quiebran frente a EL DIARIO. A Mary Amaya, otra madre que perdió a su hijo y no tiene justicia y que lidera la entidad que nuclea a familiares de víctimas de crímenes impunes, le brillan los ojos de emoción.
Es el mediodía del viernes. Elba ha llegado desde su Villa del Rosario hasta el domicilio de Mary, en Villa María. Pertenece a la Asociación Civil Padres del Dolor, organización que se sumará a la marcha de esta mañana por las calles de la ciudad.
“He tratado de pensar que discutió con su novia y se mató. Pero no es posible, porque todo es dudas”, resumió la mujer.
Darío estaba en pareja con M.J.P., por entonces de 17 años, desde hacía más de un año. Vivía con ella en General Savio 242 de barrio Santa Ana y la casa estaba conectada con la de la madre de su novia.
Alrededor de las 3 y media de la madrugada del 24 de junio de 2006 falleció de un disparo que provino de su arma reglamentaria. Lo sepultaron sin autopsia, “sólo se basaron en los dichos de su novia aduciendo un suicidio”. El médico policial determinó que la bala ingresó a su cabeza por la izquierda, siendo que es diestro. La fiscal Liliana Copello (hoy cumple esa función en Córdoba) no fue al lugar del hecho y no ordenó autopsia.
“Recién a los 49 días se exhumó el cuerpo y se hizo una autopsia, la que precisó que la bala ingresó por la derecha, al contrario de lo que dictaminó el médico policial”, recordó Elba a este diario.
La mujer y Silvana, una de sus hijas -las otras son Verónica, de 32; Marisel, de 30 y Soledad, de 29- están convencidas de que no se mató. “No era depresivo. Y si fue por un arrebato tras discutir con su novia, no se hubiera disparado con la mano izquierda. Además, la chica dijo que estaba borracho, siendo que venía de custodiar una fiesta. Es imposible que hubiera tomado... no tomaba nunca, menos lo hubiera hecho en su trabajo”.
Contaron que no fumaba y que era un obsesivo por el cuidado del físico, hasta tener tablitas en el abdomen. “Hacía gimnasia, era sano”, subrayaron.
Expresaron que Darío tenía contacto asiduamente con su madre, que hacía dos años era policía y que tenía muchos proyectos. Siempre vivió en Villa del Rosario junto a su familia, hasta que se integró a la Departamental San Martín en esta ciudad.
“La novia llamó a la Policía en lugar de un médico. No lo acompañó hasta el Hospital y no fue al velatorio. Su madre esa noche, presuntamente, no estaba en la casa. Darío llegó con vida al Hospital y la Policía me avisó horas después, ya muerto. La fiscal, la Policía y la familia me robaron el derecho de abrazarlo, de darle la mano, antes de que se muera”, expresó conmovida.
Tras la partida de Copello a Córdoba, la Fiscalía quedó acéfala y la causa pasó a Daniel Del Vö, hasta que asumió Félix Martínez, quien, según Elba, “entiende que tenga dudas, pero dice que la autopsia es irrefutable”.
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