Regresó a su ciudad natal para consolidar un nuevo amor y terminó pergeñando su flamante serie pictórica titulada “El olvido dejó de jugar a las escondidas”.
Claudia Perrotta, cordobesa por adopción desde hace varios años, logró plasmar en cerca de 24 cuadros de grandes dimensiones aquellos olores, sabores y experiencias que recobrara de sus tiempos menudos, a medida que volvía con mayor asiduidad. En especial, pinceló en intensos brochazos abstractos, aquellos juegos que practicaba siendo apenas una niña en su añorado San Fernando del Valle de Catamarca.
Recreaciones simbólicas de la rayuela, el juego de la silla y el gallo ciego, entre otros, conforman la muestra que se inaugurara el jueves pasado en la galería de arte Los Cuatro Gatos. Mediante el uso de una variada paleta con colores fuertes, técnicas mixtas (Perrotta llegó a utilizar pintura asfáltica) y la transcripción sobre la pintura de escritos seleccionados, la prolífica autora cristalizó una serie que, peculiarmente, no cuenta con títulos nominando cada obra. "Que cada uno haga la lectura que desee", acota. La artista, que comenzó a exhibir su obra a los 17 años, ya ha perdido la cuenta de sus muestras. Pero sí recuerda con precisión que en el ´88, se mudó para siempre de un hiperrealismo (figurativo) hacia la abstracción más contundente.
La exposición, curada por Marina Bossa y montada por Pablo González, está acompañada de la crítica de la reconocida escritora Susana Cabuchi, quien sólo realiza dicho trabajo reflexivo para Perrotta. Se podrán visitar hasta fines de octubre en Chile 256.