Escribe: Fabio Morisatti
Era un partido fundamental por todo lo que había en juego. Así lo entendieron Colón y Ticino, que jugaron a muerte de principio a fin, corriendo y poniendo lo que hay que poner.
Ganó el visitante porque Claudio Crespo no perdonó en la única jugada de gol que tuvo. Perdió el local porque, pese a ser superior a su rival, durante gran parte del encuentro dilapidó las pocas acciones con que contó, algunas de ellas de modo increíble.
Como en el fútbol que no se hacen se pagan, el Atlético terminó festejando y hundió a Colón en la Promoción, algo impensado a comienzos del torneo.
El partido fue malo porque todos se dedicaron a meter, luchar y pocos se acordaron de pensar. Entonces, la pierna fuerte, sumado al mal estado del campo de juego, atentaron contra el espectáculo desluciéndolo demasiado.
Así y todo, el local fue más a lo largo de los 45 minutos iniciales y, sino se fue en ventaja al descanso, fue pura y exclusivamente por la falta de puntería para convertir.
A los 9 minutos, un centro fue cabeceado por José Fernández y Marín, solo y parado casi en la línea, la tiró afuera de manera increíble.
Cuatro minutos después, Verea (insinuó mucho y concretó poco) le pegó sin confianza y desperdició otra chance.
Sobre el cuarto de hora contestó la visita con un centro rasante de Sachetto, que cruzó al arco sin que nadie la conectara. Fue la única acción de riesgo del “albirojo” en la primera parte.
En la jugada siguiente, Doblas y Fernández se buscaron y se encontraron, pero el remate de este último salió desviado.
Colón iba e iba, aunque sin claridad y con escaso aporte de tres cuarto de cancha en adelante, a no ser por la velocidad y las ganas del “Flecha” Doblas.
A los ‘28, Verea y Fernández armaron una pared, pero el intento se diluyó por muy poco en plena área y, ahí nomás, nuevamente Fernández hizo una buena maniobra personal para sacar un fortísimo disparo que rebotó en Bettiol cuando tenía olor a gol.
Grosso corría y ganaba y Navarro se mostraba como una buena alternativa para armar, pero de cualquier modo la pelota pocas veces llegó claro al sector ofensivo.
Precisamente, el volante central estuvo muy cerca a los ‘41 con una buena volea, que salió rozando el palo de Colautti.
Fue lo último de una etapa notoriamente favorable al local, que se iba sin goles al no saber aprovechar las oportunidades.
El segundo período empezó con una temática similar: mucha pierna fuerte y poco fútbol. Así y todo, el local se las ingenió para tener tres chances clarisímas en los primeros 10 minutos. A los cinco, Fernández obligó a Colautti enviar el balón al córner tras un violento disparo. El tiro de esquina culminó con Mansi rematando al palo cuando el portero estaba vencido.
Un minuto después, una gran jugada hizo que el arquero rival volviese a responder acertadamente, y a los ocho, Verea habilitó a Mansi, quien disparó cruzado para la entrada en soledad de Doblas por el segundo palo, pero el “Flecha” increíblemente la tiró afuera.
La intensidad del local cedió poco a poco, y recién volvió a estar cerca a los ‘18 con un remate de Navarro de larga distancia y una definición muy forzada de Marín dos minutos después.
La visita de a poco emparejó el partido en el medio, cuando Bianchi encontró apoyo en sus compañeros y así pudo tener algo más la pelota.

Crespo y a cobrar

A los 24, un contragolpe le permitió al Atlético tener su única chance clara en el complemento, y ese enorme goleador que es Claudio Crespo fusiló a Giraudo para abrir el marcador.
De allí al final, todo fue una batalla en el mediocampo, con mucha fuerza, nada de fútbol y mucho nervio. Sobre la media hora, Diego Marín se hizo expulsar por exceso verbal, ganándose la amarilla y la roja en apenas un minuto.
Ya sobre la hora, Giraudo debió cortar violentamente un contragolpe encabezado por Páez y también se fue a las duchas anticipadamente.
Con un alargue excesivo de seis minutos, Marcelo Gómez, de floja labor, decidió el final del partido para que la visita dejase salir toda la alegría contenida por la obtención de tres puntos de oro, contra un rival directo en la lucha por el descenso.
Colón masticando bronca una vez más, porque no juega bien y tampocó tiene la ayuda de la diosa fortuna. Pese a que no mereció perder, errar dos goles en la línea misma del arco rival es brindar demasiado handicap.

El árbitro
Mala tarde de Marcelo Gómez. Se equivocó demasiado, dejando pegar en forma excesiva. Acertó en las amonestaciones, pero no siempre midió con la misma vara jugadas muy fuertes.

La figura
Por lo que puso y lo que corrió, Juan Bianchi fue lo mejor de la cancha. El mediocampista central de la visita aportó sacrificio y entrega permanente y tuvo la tranquilidad necesaria para manejar los tiempos de su equipo, especialmente en los momentos más complicados.