Hace un par de semanas sonó el teléfono del músico Enrique “Cacho” Aiello. Era Piero, el colega con el que ha recorrido decenas de países.
-Los Inti Illimani nos invitan a tocar en un concierto para los familiares de los mineros, en Copiapó. No hay un mango. ¿Vamos?
-Claro, vamos.
El recital fue el lunes último y allí estuvieron, con los Inti, con el cómico más famoso de Chile Coco Legrand, con la senadora Isabel Allende (no la escritora, sino la nieta del ex presidente Salvador Allende), con el ministro de Minería Laurence Golborne Riveros y con otros que llegan desde distintos puntos del planeta para dar aliento, empujados por esa fuerza tremenda que es la solidaridad, la ternura de los pueblos.
“La noticia me conmovió desde el comienzo. Pero estar ahí es algo tremendo... Ver a las familias que dejaron todo y se fueron a acampar en la mina, en medio del desierto de Atacama, con un sol que raja la tierra de día y temperaturas bajo cero por la noche... Ver a los pibes corriendo en medio de las carpas de las agencias internacionales de noticias... Para mi fue una experiencia tremenda, porque sentía una angustia que sólo es posible combatir desde la esperanza”...
El que habla, Aiello, es un hombre que ha tocado con Piero ante 500.000 personas en uno de los actos de cierre de campaña de Daniel Ortega en Nicaragua, en la asunción de Evo Morales en Bolivia, en la de Rafael Correa en Ecuador... Es decir, está bastante curtido en emociones. Pero lo de Chile, lo de Atacama, lo de Copiapó, lo de la mina San José -donde 33 hombres no pierden el aliento aún cuando están 700 metros bajo tierra desde el 5 de agosto- es algo que llevará puesto “por el resto de la vida”.
“El ministro de Minería dedicó todo el tiempo necesario para contarnos cómo sucedieron los hechos. Fue una tremenda roca de 160 metros de alto y más de 100 de ancho que se desprendió y obstruyó toda la entrada del caracol por el que se baja al yacimiento. Quince minutos antes de que eso ocurriera, un camión salió del interior de la mina con otro grupo de mineros. ¿Y sabés que fue lo primero que preguntaron los que están abajo cuando a los 17 días dieron con ellos? Preguntaron cómo estaban los que salieron antes, qué había pasado con ellos”. El relato del músico villamariense se hace sentir.
El alto funcionario les confió a los artistas que fue notable cómo administraron los víveres, porque no eran suficientes para aguantar en el refugio más de una semana. “Si no tenés determinadas convicciones no podés resistir ahí... Y a través de esa actitud, están uniendo cosas en Chile que de otra manera no sería posible... Ellos mandan ánimo desde abajo. Y arriba, al que se bajonea y tira malas ondas, no se lo escucha. No se hace lugar al desánimo. Es como una regla que no está escrita, pero no hay otra alternativa que mirar noviembre y esperar que por cualquiera de las vías de rescate se alcance el objetivo.”
Sobre el recital del lunes último, “Cacho” contó a EL DIARIO que “se hizo en Copiapó, y fueron los familiares y vecinos de esta ciudad y de Vallemar, que son las más cercanas a la mina”.
Y como los mineros se llaman “Viejo” unos a otros, la canción Mi Viejo interpretada por los argentinos cobró un significado que hasta entonces no había tenido.
Aiello se trajo la imagen de esos hombres a los que no conoce en una fotografía que tomó de uno de los muchos carteles que hay en los alrededores de la mina.
“Yo pienso fundamentalmente en esos primeros 17 días ahí abajo, administrando los escasos víveres... Nos dijeron que después de las primeras jornadas hubo momentos en los cuales ellos advertían que una zonda intentaba dar con el refugio, pero luego los ruidos cesaban y volvían a la espera sorda... Uno se pregunta cómo hacían para resistir”...
Otros 200 como ellos se quedaron sin trabajo, lo que representa un drama social añadido en la región que, contradictoriamente, es riquísima en cobre y oro.
Todo por la avaricia: “Es una mina privada que había sido clausurada y luego habilitada nuevamente. Pero todo indica que sabían que no cumplían con todas las medidas de seguridad; sabían que arriesgaban a la gente.”
Hay tres vías de búsqueda que avanzan de manera disímiles hacia los 33 mineros que respiran a 700 metros de la superficie. Todo el mundo sabe que ya están comunicados con el exterior de la mina, que reciben pertrechos y que no están dispuestos a bajar los brazos. Y hay un puñado de personas, entre ellas un artista villamariense, que sabe lo que se siente estando tan cerca y tan lejos, al mismo tiempo, del corazón de este grupo de hombres.

Epígrafes: 1) Artistas con la Bandera firmada por los 33 mineros que participó en el desfile del Bicentenario
2) Piero, con integrantes de una familia que tiene a dos de sus miembros dentro de la mina
3) Aiello, fue para hacer“el aguante” a los familiares de los mineros desde la música.Regresó conmovido y lo cuenta a través de EL DIARIO