Escribe: Juan Manuel Gorno
(enviado especial de EL DIARIO)

Las inocencias que se percibieron en Alumni desde que arrancó el Argentino A no se apagaron ayer en San Juan, donde el equipo villamariense volvió a perder por cuestiones incomprensibles y continuó con su cartel de “peor del grado”.
Esta vez fue Desamparados el verdugo del elenco dirigido por Carlos Ranalli, a quien venció 2-0 en un partido que cambió rotundamente antes de los 20 minutos del primer tiempo, cuando el arquero Julián Espeche cometió un penal infantil, se ganó la roja y provocó la apertura del marcador en “El Serpentario”.
El arrebato de desinteligencia del arquero fue el punto de ebullición en el partido porque Desamparados, si bien fue un justo ganador, tuvo algunos problemas para darle claridad al toque final y por momentos careció de precisión para terminar bien sus avances.
Como lo hizo en San Luis y en Córdoba, Alumni esperó para salir rápido vía Román Strada y Carlos Herrera, pero el equipo local primero buscó acorralarlo y tuvo la pelota con la movilidad de Matías Garrido y la velocidad de Santiago Ceballos para finalizar con centros cruzados hacia la presencia de Emanuel Reinoso, ayer remplazante del lesionado Gastón Leva.
Precisamente, en su búsqueda por arriba, Desamparados convirtió un gol de cabeza a los 16 minutos, pero se lo anularon por una clara posición adelantada de Garrido. Y cuatro minutos después el local encontró la llave de la victoria cuando Espeche controló una pelota escurridiza y luego estiró el pie de manera increíble para cometerle infracción a Ceballos. ¿Conclusión? Penal para Desamparados y expulsión para el uno.
Desde los doce pasos, Hernán Lamberti colocó el 1 a 0 ante el regreso de Carlos Ronco y Alumni, de ahí en más, debió lidiar en inferioridad numérica justo en el momento más lamentable de su campaña en el certamen. Así le resultó complicado remontar un marcador adverso, más allá de que Desamparados le dio vida porque Reinoso anduvo impreciso y se topó con dos grandes reacciones de Ronco, antes del cierre de la primera etapa.
Esto no varió demasiado en el complemento, ya que Ceballos cedió dos grandes centros para sus compañeros y estos no pudieron darle crédito. Primero Reinoso calculó mal por el segundo palo y luego Garrido cabeceó desviado, desde el punto del penal.
Alumni tuvo como factor destacado algunos valores individuales como el pibe debutante Ariel Mascambroni, quien mordió todo en la mitad de la cancha, o el propio Ronco, jugándose la vida en cada centro. Pero esto no ocultó algunos problemas defensivos en el juego áereo, sólo que Desamparados no aprovechó sus chances, a tal punto que el central Ariel Barth envió dos frentazos que se fueron muy cerca de los palos.
Por entonces, Carlos Ranalli buscó peso ofensivo con el ingreso de Diego Manicero y Emiliano Romay, quien remplazó a un Strada tan voluntarioso como carente de ideas. Y en ese aspecto, los recién ingresados organizaron la mejor llegada de la tarde para el equipo villamariense, cuando el ex Lanús se filtró por el medio y habilitó al ex Boca, que se hizo el espacio con una gambeta larga y tiró de zurda, pero el arquero Diego Aguiar exhibió su categoría, sacando el remate con un manotazo.
En el resto, Alumni chocó constantemente contra sus propias limitaciones y la figura de Barth, siempre expeditivo para salir desde el fondo.
Finalmente, el ingresado Cristian Pérez, en Desamparados, tuvo dos chances para liquidarlo. En la primera se tiró al área simulando un penal y en la revancha no perdonó, recibió el pase milimétrico de Reinoso y definió de primera, descolocando a Ronco.
Así, Alumni sumó su quinta derrota en seis presentaciones, mucho para aportarle drama a su ya angustiosa participación en el Argentino A, donde no hace pie, no pesa adelante, no se anima a jugar bien en el medio, comete errores atrás y, a todo esto, suele mostrar tonterías como las de Espeche que lo siguen alejando de los verdaderos protagonistas de esta historia en la tercera categoría del fútbol argentino.