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“Quienes queremos hacer algo para ayudar tenemos el arco sin el arquero y la pelota en el punto del penal”, graficó el párroco de barrio Ameghino |
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El tema principal de la entrevista fue el fenómeno detectado este año sobre padres golpeados y humillados por sus hijos. Recientemente, EL DIARIO reveló que en Tribunales aparecieron -y en franco ascenso- los casos de jóvenes de entre 20 y 30 años que maltratan física y verbalmente a sus progenitores. La adicción a las drogas aparece en gran cantidad de esos hechos.
El sacerdote Gustavo Piva, a cargo de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, consideró que la prolongación de la adolescencia y el alto consumo de drogas explican en parte la problemática.
“Esto es nuevo sólo en cuanto expresión de denuncias. Seguramente está vinculado a la adicción de drogas, al alcohol y a algo que ocurre desde hace años y que es el fenómeno del alargamiento de la adolescencia. Algunos científicos hablan de la adolestización de la sociedad. Y una de las características de la misma es la dependencia: hoy hay quienes tienen casi 30 años y dependen económicamente de la familia. No sólo eso, sino que exigen de los padres algunas cosas. No se llega a la madurez para asumir responsabilidades propias de la vida social.”
“Otro factor que influye es el económico. Estamos en una sociedad muy marcada por el consumismo: valés por lo que tenés, no por lo que sos.”
-¿Por qué cree que se extendió la adolescencia?
- “Son fenómenos que se van dando culturalmente. Mi papá siempre contaba que a los 8 años tuvo que enfrentar un trabajo. Su última etapa de la infancia y la adolescencia fueron fugaces: pasó de niño a adulto en poco tiempo. No digo que eso haya estado bien, simplemente evidencia fenómenos sociales. Ahora nos fuimos al otro extremo: por proteger al adolescente, nos estamos yendo a la otra punta. Hoy se permite todo, no hay reglas, hay mucho permisismo. Es necesario implementar límites. También explica todo esto la falta de motivaciones profundas, la ausencia de ideales.”
-¿Qué inquietudes le transmiten los jóvenes? ¿Por qué se preocupan?
- “Por ser jóvenes guardan en el corazón un deseo de felicidad. Uno ve como que quieren gastar la vida en algo que vale la pena, pero como suelen no encontrar el camino queman la vida en cualquier cosa: en algo que no les da sentido o que los llenan sólo transitoriamente. Se conforman con ‘baratijas’. Y no hablo sólo de la dimensión espiritual, sino de la incursión social: no están motivados a brindarse a los demás.
Si uno lo grafica en un estadio de fútbol, frente a la realidad de la juventud quienes queremos hacer algo para ayudar tenemos el arco sin el arquero y la pelota en el punto del penal. Tenemos para hacer un trabajo magnífico, pero no es tan simple encontrar gente que quiera gastar la vida para acompañarlos a ellos.”
- ¿Encuentra muchos casos de adicción?
- “Es la moneda corriente y el índice ha subido muchísimo.”
- Recién mencionó la falta de motivaciones. ¿Esa es una de las razones principales que llevan al consumo de drogas?
- “Cada caso es un mundo. Cada uno que queda atrapado en este flagelo, tiene su historia, su realidad. Algunos ingresaron para sentirse más o mejores que otros. Es un flagelo que está golpeando muy fuerte a la sociedad villamariense y es alarmante. Permanentemente se siente y vienen a charlar a la parroquia, a pedir consultas. Por ahí concurren los mismos jóvenes.”
-¿ Los padres también?
- “A veces y lo hacen preocupados por no saber qué hacer. Uno siempre trata de derivarlos a profesionales. Uno puede iluminar un poco y luego derivar, para que el trabajo dé más resultado.”
- ¿El Estado es consciente de este flagelo? ¿ Hay una política de prevención y de combate del tráfico?
- “Es consciente, sería ilusorio que algo que es tan evidente no repercuta. Supongo que hay políticas... algunas líneas preventivas, algunos institutos de internación, pero no sé si está tomado como política de Estado.”
-¿Conoce si se consume paco en la ciudad?
- “No lo sé, pero se consumen tantas cosas que no sería raro.”
@Más de 300 chicos
En los centros que dependen de la parroquia se asiste a 300 chicos, algunos reciben alimentación y otros apoyo escolar. Muchos, las dos cosas.
El sacerdote destacó que la deserción escolar es muy importante. “Veo en los barrios cómo se queda fuera del sistema educativo. Y así se transforman en personas potenciales de caer en el flagelo de la droga, la delincuencia, la vagancia. Están todo el día en la calle, no ven otra cosa y no tienen posibilidades”.
Textos: Diego Bengoa
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