El fiscal de la Cámara del Crimen de Villa María comprometió aún más la situación procesal de Fernando Hermenegildo Fonseca, el hombre que está acusado de haber transportado a los asaltantes y homicidas del joyero Felipe Aráuz.
Francisco Márquez reformuló ayer la descripción del hecho que se le atribuye a Fonseca y lo sindicó como uno de los organizadores del asalto perpetrado la mañana del 2 de noviembre de 2001, con lo cual podría recibir una condena más severa si llega a ser declarado culpable.
Por lo pronto, el sospechoso está imputado como presunto "partícipe no necesario de homicidio simple", pero al conocerse el planteo jurídico efectuado en la víspera por el titular del Ministerio Público, es probable que en su alegato de mañana cambie la calificación legal del hecho y Fonseca sea acusado como coautor de "robo calificado por uso de arma impropia".

Pena más severa

Esta circunstancia le permitiría al fiscal solicitar una pena superior a la prevista por la ley argentina para la acusación original (que va de los cinco años y cuatro meses hasta los 12 años y medio de prisión), ante lo cual el encartado podría recibir una sanción cuyo mínimo es de ocho años de cárcel.
Las especulaciones surgieron luego que la jueza Saslavsky planteara -el martes pasado- la existencia de lo que legalmente se conoce como "hecho diverso", una enunciación diferente a la descripta por el fiscal que instruyó la causa y la elevó a juicio, Gustavo Atienza.
Para el acusador público, Fonseca no fue un simple chofer y eventual "campana" de los autores materiales del robo, sino que organizó el golpe conjuntamente con Osvaldo Héctor Díaz, alias "Patón", quien también estuvo implicado en el hecho, aunque murió hace un par de años en Villa del Rosario, cuando todavía se hallaba prófugo de la Justicia.

La planificación

A criterio del fiscal Márquez, Fonseca y Díaz le propusieron al testigo Elder Ernesto Cavaglia participar en el hecho que estaban planificando cometer en la joyería ubicada en Santiago del Estero 1674, en barrio Lamadrid de esta ciudad.
Así lo hizo saber el propio Cavaglia, un ex convicto que no sólo se negó a intervenir en el robo, sino que aquella mañana del 2 de noviembre de 2001 alertó telefónicamente a la Policía (aunque de manera anónima) que se estaba por perpetrar un asalto en las inmediaciones de Santiago del Estero y Colabianchi.
De acuerdo con la reformulación de los hechos efectuada por el fiscal, Fonseca y Díaz se entrevistaron con Cavaglia en la filial local del Automóvil Club Argentino y le ofrecieron "hacer un trabajito" (robo armado) en la joyería de Aráuz.
Como el testigo declinó la propuesta, los presuntos co-organizadores del atraco le preguntaron si tenía "gente conocida dispuesta a colaborar" con ellos, a lo que Cavaglia les respondió negativamente.


"Acuerdo común"

Al describir el hecho, Márquez señaló puntualmente que "en el marco de un acuerdo común, Díaz y Fonseca aportaron contribución esencial consistente en la organización del robo a Aráuz, la búsqueda de dos coautores e información de la necesidad de enfrentar por medio de la fuerza a la víctima y vencer su resistencia".
"En la prosecución de dicho designio furtivo -añadió el fiscal- el 2 de noviembre de 2001, aproximadamente a las 11 de la mañana, Fonseca trasladó en un automóvil Fiat Duna de color rojo a los dos coautores, aún no identificados, hasta el domicilio de calle Santiago del Estero 1674."
El acusador público agregó que los desconocidos "ingresaron al comercio y vivienda de Aráuz, mientras que Fonseca, con conocimiento de lo que adentro sucedería y consentimiento anterior con las violencias a desarrollar para vencer la resistencia que opusiera" el joyero, "estacionó el Fiat Duna y, levantando el capó haciendo que revisaba el motor".
"En cumplimiento de su rol dentro del hecho criminal, (Fonseca) aguardó la salida de los dos coautores, dándoles la tranquilidad de que él mismo controlaría lo que ocurriera afuera, y a su vez proporcionaría el medio de escape del lugar una vez cometido el robo", argumentó Márquez.

Feroz golpiza

Luego relató que los sujetos que ingresaron a la vivienda se trabaron en lucha con Aráuz y para reducirlo "utilizaron como arma impropia un objeto romo y duro -probablemente la culata de una pistola y la hebilla de un cinto- causándole heridas en la pierna y rodilla izquierdas; hematomas en la rodilla derecha, en el cuello, en el párpado inferior izquierdo y en el labio inferior; heridas contusas en el extremo superior de la cabeza y fractura del hueso parietal izquierdo, al tiempo que lo maniataron y amordazaron utilizando para ello cinta de embalaje ancha".
El fiscal señaló que los asaltantes se apoderaron de joyas de oro, relojes, collares y dinero en efectivo, en cantidades no precisadas, y huyeron del lugar. "Posteriormente -agregó- Díaz, Fonseca y los dos individuos no identificados, en cumplimiento del plan trazado originalmente, se dividieron el producto del robo".

Negó los hechos

Tras la enunciación del hecho diverso, el abogado Antonio Sader informó que su cliente quería declarar nuevamente (ya lo había hecho al comenzar el juicio), oportunidad en la que Fonseca volvió a negar los hechos que se le atribuyen.
De inmediato, la Fiscalía y la Defensa acordaron incorporar el resto de las testimoniales por lectura, con lo cual se dio por cerrada la etapa de recepción de pruebas.
Por último, la jueza Saslavsky dispuso un cuarto intermedio hasta mañana a las 8.30 para escuchar los alegatos de las partes, estimándose que cerca del mediodía o durante las primeras horas de la tarde se dará a conocer la sentencia.