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El abogado Sader (izquierda) conversa con el fiscal Márquez (sentado), durante una de las audiencias que demandó este proceso; junto a ellos, un colaborador del primero. En la otra foto, la jueza Saslavsky de Camandone y el acusado Fonseca |
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El juicio que se le sigue a Fernando Hermenegildo Fonseca por su presunta complicidad en el cruento asalto al joyero Felipe Aráuz llega hoy a su fin.
Desde las 8.30 pronunciarán sus alegatos el fiscal de la Cámara del Crimen y, a su término, hará lo propio el abogado defensor de Fonseca, quien está acusado como supuesto “partícipe no necesario de homicidio simple”.
El referido delito tiene una escala penal que va de cinco años y cuatro meses hasta los 12 años y medio de prisión, aunque es muy probable que el acusador público cambie la calificación legal original y solicite una condena que no inferior a los ocho años de cárcel.
Es que el pasado miércoles, tras reformular la descripción del hecho, el fiscal Francisco Javier Márquez dejó abierta la puerta para acusar a Fonseca como coautor de “robo calificado por uso de arma impropia”, por considerarlo co-organizador del asalto perpetrado el 2 de noviembre de 2001, que terminó costándole la vida al joyero villamariense de 75 años de edad.
Bajo esa imputación, el sujeto inicialmente acusado de haber transportado a los autores materiales del robo y asesinato de Aráuz, quedó sospechado de haber planificado el atraco junto a Osvaldo “Patón” Díaz, un convicto que permaneció prófugo de la Justicia y que murió hace un par de años en la localidad de Villa del Rosario.
Tras el alegato del fiscal, pronunciará sus conclusiones el abogado ucachense Antonio Aníbal Sader, quien seguramente solicitará la absolución de su cliente por considerar que no participó en el hecho.
Esta apreciación tiene directa relación con las dos declaraciones que prestó Fonseca durante el juicio (en la primera audiencia y el miércoles último luego que el fiscal complicara su situación legal), en las cuales negó haber intervenido en el asalto que terminó con la vida del joyero.
Concluidos los alegatos, la camarista Silvia Saslavsky de Camandone le concederá al acusado la posibilidad de expresarse antes de pasar a deliberar para dictar sentencia, instancia procesal que se conoce como “última palabra”.
Luego que Fonseca haga uso de ese derecho, la jueza declarará cerrado el debate y dispondrá un cuarto intermedio a los efectos de evaluar, en privado, las posiciones de la Fiscalía y la Defensa.
De no producirse ningún incidente jurídico que retrase el veredicto, se estima que la parte resolutiva de la sentencia (cuya lectura estará a cargo del secretario Roberto Jue) se conocerá al mediodía o durante las primeras horas de la tarde.
Pasaron ocho años y 11 meses
Aráuz fue asaltado alrededor de las 11 de la mañana del viernes 2 de noviembre de 2001 por dos delincuentes que llegaron hasta el negocio ubicado en Santiago del Estero 1674 a bordo de un automóvil Fiat Duna de color rojo, presuntamente conducido por Fonseca.
Una vez en el interior de la vivienda, a la que accedieron por un pasillo lateral, los delincuentes (cuyas identidades no se pudieron establecer, pero que habrían sido “contratados” por Fonseca y Díaz) maniataron y amordazaron al joyero con cinta para embalar y le propinaron una feroz golpiza en distintas partes del cuerpo, pero fundamentalmente en la cabeza, a tal punto que el septuagenario sufrió una fractura en el parietal izquierdo.
Los golpes fueron aplicados con la culata del arma que portaban los sujetos, quienes con la situación dominada se apoderaron de dinero y alhajas de oro en cantidades no precisadas, además de relojes, collares, anillos y otros elementos de valor que había en el negocio, y escaparon en el mismo vehículo en el que habían llegado.
El cuerpo sin vida de Aráuz fue encontrado horas después por uno de sus nietos, quien había sido alertado por una vecina ya que don Felipe no atendía los reiterados llamados a la puerta de su casa, pese a que su automóvil se encontraba estacionado en la calle.
La detención
Fonseca fue detenido por una simple contravención en la localidad mendocina de Bowen hace casi un año (a mediados de octubre de 2009), y utilizando otro nombre, pero cuando la Policía cuyana profundizó la investigación, estableció su verdadera identidad y que tenía pedido de captura en Villa María, dictada en 2005 por el fiscal Gustavo Atienza.
Con respecto a Díaz, permaneció en la clandestinidad hasta que falleció, víctima de un paro cardiorespiratorio, mientras que nunca se pudieron determinar las identidades de los sujetos que ingresaron a la casa de Aráuz para ejecutar el plan presuntamente urdido por Fonseca y el “Patón”.
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