“Siguen infectándose los jóvenes y sobre todo en la comunidad gay.” Palabras de Leandro Parnisari, el coordinador de la Asociación Descalzos Villa María.
EL DIARIO lo entrevistó en el Hospital Regional Pasteur para conocer sobre el grupo de ayuda que comenzó a funcionar el jueves a la noche en Martínez Mendoza 255, destinado a personas que viven con el virus del SIDA.
Las reuniones se mantendrán todos los jueves de 20 a 21.30 y por el momento incluirá a quienes poseen la enfermedad, “pero luego queremos ampliarlo a familiares y amigos”.
Parnisari indicó que “se trabaja la visibilidad, la aceptación de la enfermedad y el seguimiento del tratamiento” y reveló que en el primer encuentro, que casi no tuvo difusión, acudieron cuatro personas.
Consultado sobre si la principal problemática de quienes conviven con el HIV es la discriminación, resaltó que “sí, continúa siendo así” y acto seguido reveló que ha crecido el número de personas que se infectan.
Consideró que un segmento importante de los gays jóvenes “no usan el preservativo, cambian de pareja, no son estables sentimentalmente, no tienen apoyo de las familias y diversas circunstancias los empujan a la promiscuidad”.
Así, “terminan a los 23 años descubriendo una enfermedad que presentan desde los 16 ó 17”. “Ocurre en toda la Argentina, pero hay que resaltar que en Córdoba vivimos por suerte en un paraíso en cuanto a tratamientos, porque en Buenos Aires sólo se es un número más”, agregó.
Parnisari afirmó que “los chicos creen que nada les va a pasar, viven el día a día, en un torbellino de emociones, piensan en los afectos momentáneos y no se controlan. Así, llegan a descubrir la infección cuando están muy mal”.
“Si además toman alcohol, fuman, se drogan, el cuadro empeora. El HIV mata las defensas y todo lo que se hace en exceso ayuda a matarlas. A eso le sumamos la falta de contención”, describió preocupado.
Leandro dijo que “lo más triste” es observar la penetración de la enfermedad “cada vez más en los más chicos” y resaltó que “no toman conciencia”. Precisamente como no asumen el contagio, no cuidan a los demás al no informar que tienen HIV, lo que se transforma en una cadena.
Reveló que “son muy pocos” los que abordan la enfermedad al enterarse. “Si se está bien no hace falta el tratamiento con pastillas, pero sí es necesario el seguimiento y el control, algo de lo que muchos escapan”, añadió.
El grupo que funciona los jueves busca que, aunque sea, la enfermedad sea visible para quienes la padecen, conozcan la evolución y el tratamiento y sean partícipes de su propio cuidado. Para consultas: (0353) 154097442.

¡A cuidarse!

Consultado sobre las claves para evitar el contagio, Leandro Parnisari detalló: “No tener relaciones sexuales hasta estar seguros, maduros intelectualmente; utilizar preservativo siempre; apoyo de los adultos y del grupo familiar”.
Para quienes se contagiaron, es necesario saber que con tratamiento se puede tener una muy buena calidad de vida. Si se está bien no hace falta tomar pastillas (lo decidirá el médico) y las claves para mantenerse son: “Buena alimentación, deporte, no estrés, no drogas, no tabaco, no exceso de alcohol, horarios para comer, horarios para dormir”, precisó Leandro.
En Villa María, las personas con HIV tienen garantizada la asistencia médica gratuita “y el municipio se porta muy bien en cuanto a ayudas”, se apuntó.