Escribe: Raúl Olcelli
Representante de Cooperativa Comunicar
en la Federación Adiccra

El 16 de setiembre pasado no será un día más en nuestra historia, como tampoco lo será en esta historia de intentar mejorar el país que tanto queremos.
Esa jornada tuve el privilegio -gracias a mis compañeros de Cooperativa Comunicar que me eligieron para representar a EL Diario del centro del país y estar presente en el Parlamento- y pude exponer nuestra situación, como lo hicieron en una seguidilla los demás medios cooperativos argentinos, los diarios Pymes, los diarios familiares, del interior del interior y, con ellos, algunos de reconocida trayectoria nacional, como Crónica, por ejemplo.
De esa manera El Diario, nuestro diario, pudo dar también su punto de vista frente al monopolio que Papel Prensa ejerce frente a los medios chicos.

Un poco de historia

Conocido por todos es la relación que mantiene en los últimos tiempos el Gobierno y la empresa Papel Prensa gobernada en cómoda mayoría por Clarín-La Nación, más bien una "mala relación" como se encargan de reflejar y agigantar esos mismos medios, los de mayor tirada, por conveniencia propia.
Es que el Gobierno, en su rol de representante del Estado nacional con el 27,5% del paquete accionario (contra el 49% de Clarín y 22,5% de La Nación) envió al Congreso, por iniciativa de la Presidencia de la Nación, un anteproyecto de ley de marco que regule la producción del papel de diario.
Pasado en limpio: para que todos los diarios como éste no sufran la falta de papel y para que todos los diarios como éste no sufran la injusticia de tener que pagar el mismo insumo fundamental al doble de precio que ese gran monopolio Clarín-La Nación, productores de la pasta de celulosa y a la vez principales compradores de papel para diarios.
Se trata de reglamentar una industria que está en manos de dos empresas que, a un lado y otro del mostrador, se venden y se compran, cayendo en tentaciones tales como que sus competidores financien sus suplementos y hasta la compra de otras cientos de empresas con las que se hicieron en los últimos años. Dicen, caso único en el mundo con estas características. Dicen, una competencia desleal consagrada.

La voz de los chicos

En ese contexto nació incialmente la Asociación de Diarios y Comunicadores Cooperativas de la República Argentina (Adiccra) allá a fines de 2007, hoy devenida en flamante Federación, integrada por los medios Cooperativos de La Rioja (El Independiente), Resistencia, Chaco (EL Diario de la región), Córdoba capital (Comercio y Justicia), Río Cuarto (Cooperativa Bases), Rosario, (Cooperativa La Masa), Lincoln, Buenos Aires (La Posta del noroeste) y nosotros, El Diario del centro del país.
Se trata de los diarios de "bajo tiraje" técnicamente hablando, los que menos imprimen a nivel nacional, la voz de los más chicos.
Pero la relación de competencia con los de "alto tiraje" de acuerdo a los volúmenes de compra es inversamente proporcional: el diario local o regional o como se llame VENDE 10 y CLARIN 1, y en los últimos tiempos menos de 1.
A la luz de esta realidad (ganar cada día en la calle, producto contra producto, y perder en el escritorio de Clarín), decenas de diarios pequeños de todo el país comienzan a reunirse y a mediados de 2008 queda conformada la DYPRA (Diarios y Periódicos Regionales Argentinos) de la cual los diarios cooperativos de la Federación Adiccra tenemos el honor de ser fundadores. Inicialmente fuimos 22 diarios y publicaciones de todo el país y hoy, después de dos años, somos 80 integrantes.

El cupo de papel

Hubo una herramienta contundente para el monopolio para regular la compra y el consumo del papel (y el crecimiento de la competencia): el "cupo". A cada empresa periodística se le fijó hace años la cantidad de papel fija que puede recibir por parte de la papelera o sus intermediarios.
Así, para poder llegar al total de papel en función de la producción, cada medio debió importar de Chile, de Canadá, de Estados Unidos, de Sudáfrica… pagando precios excesivos en función de los altos costos de flete e impuestos. El valor duplicó y aún más el precio con respecto al valor que los diarios co-propietarios de Papel Prensa producen y se compran a sí mismo -U$S350 la tonelada contra U$S800 - U$S900 la toneladas en algunas épocas- pagados por nuestros diarios.
Otro dato: los precios de tapa también fueron desfasados. En nuestro caso, de $1 en diciembre de 2001 cuando nos constituimos en cooperativa hasta $2,50 en la actualidad, el incremento fue de un 150%, contra un 450% de suba del costo de papel desde aquel entonces.
Regular la distribución de papel es regular la información, el derecho a la información que cada habitante tiene para informarse. Corregir la producción de papel para diarios eliminando los caprichosos cupos y estableciendo un precio justo por parte de PP, es una suerte de resarcimiento histórico que esta empresa debe asumir.

Las audiencias

De esta manera llegamos a la instancias de las audiencias públicas en la Cámara de Diputados de la Nación donde distintas personalidades de nuestra sociedad se hicieron presentes para dar su informe, como el caso de la titular de Papel Prensa por el Estado nacional, Beatriz Paglieri, y un centenar de decanos de universidades y representantes de otros ámbitos de la cultura, de la prensa, del mundo editorial, de los derechos humanos, del cooperativismo, del sindicalismo…
Las comisiones de trabajo ya están en marcha para trabajar ahora sobre el proyecto de ley para regular la producción y comercialización. Los legisladores cuentan con ese importantísimo activo que representan las tres semanas escuchando las distintas realidades de medios del interior iguales que el nuestro, que son tantos a lo largo y ancho del país.
En ese marco, El Diario pudo dar su opinión al igual que el resto de los integrantes de la Federación Adiccra y DYPRA.
El comienzo de las audiencias fue precisamente un 16 de setiembre, precisamente un aniversario más de aquel criminal ataque a la Casa de Gobierno y a todas la población en la Plaza de Mayo en 1955 por parte de la aviación de la Marina y un aniversario más de la tristemente recordada "Noche de los lápices".
En aquella oportunidad nos bombardearon con bombas llenas de odio y pólvora, en estos tiempos nos quieren seguir acallando con intentos llenos de restricciones e imposiciones propias acciones monopólicas y de la época en la que se apropiaron de la empresa.