Dos testimonios antagónicos tuvieron lugar en la jornada de ayer, referente al Juicio Histórico que se le sigue al ex dictador Jorge Rafael Videla y a Luciano Benjamín Menéndez, junto a una treintena de imputados entre ex militares y ex policías. Por un lado prestó testimonio el actual ministro de Justicia de la provincia de Córdoba, Luis Angulo, quien admitió temer por su vida al defender en la época de la dictadura a presos políticos. Contrario a esas opiniones, la ex jueza Cristina Garzón de Lascano, no recordó esos años con demasiada particularidad y dijo que ninguno de sus compañeros “manifestó ningún tipo de temor”.
En horas de la mañana, en el Tribunal Oral Federal Nº 1 se presentó Luis Angulo, quien en la década del ‘70 fue abogado de Miguel Angel Rodríguez y Marta González de Baronetto, entre otros. Por su parte narró la manera en que sus clientes fueron indebidamente detenidos, maltratados y cómo se dificultó realizar una correspondiente defensa de sus derechos. Incluso advirtió que luego del golpe de Estado de 1976, ya no le fue posible ni siquiera ver a los militantes detenidos. A tal punto que lo obligaron a desprenderse de las causas que llevaba adelante. “Las cárceles estaban bajo orden del poder militar y ya no pude practicar la defensa”, dijo.
Al contar cómo fueron sucediéndose los hechos en los años oscuros recordó particularmente a Marta González de Baronetto, asesinada en manos de la dictadura. “Recuerdo el rostro de Marta, recuerdo su juventud y llevo en mi memoria su sonrisa. Después me enteré que se le había aplicado la ‘ley de fuga’ y fue fusilada”, dijo Angulo.
Por otro lado admitió sentir miedo porque muchos de sus colegas fueron perseguidos hasta el exilio o la muerte. “Sentía temor por mi vida y por mi libertad, pero le agradezco a Dios que no me pasó nada. Aparte esto ha servido para fortalecer la democracia”, contó el actual ministro.
“Me parece muy importante cómo ha relatado las condiciones especiales de riesgo y de temor, que tuvieron que sufrir para ejercer su profesión el ministro”, dijo Miguel Baronetto, defendido de Angulo al ser víctima de los delitos de lesa humanidad.

La otra cara

Luego fue el turno de la ex jueza Cristina Garzón de Lascano, quien previo al golpe de Estado se desempeñó como secretaria Subrogante en el fuero penal, presidido por el juez Zamboni Ledesma. La intención de los abogados querellantes fue pedir explicaciones acerca del expediente de Doris Cafieri Barbieris dada una serie de irregularidades. La defensa, mientras tanto, buscó repartir culpas y alivianar las responsabilidades de sus defendidos bajo la premisa de que los militares no actuaban por propios motivos, sino en connivencia con la Justicia.
Sin embargo el presidente del Tribunal, Jaime Díaz Gavier, no permitió sino hacer preguntas vinculadas a los hechos que se juzgan en el Juicio Histórico. Esto, y sumado a que la testigo no recordó demasiado, la declaración en sí no brindó muchos detalles.
“No recuerdo por mis propios sentidos”, fue la frase predilecta de la ex jueza, excusada bajo el argumento de haber cumplido una suplencia momentánea. No obstante el hecho que Cristina Garzón de Lascano omitió en su memoria, fue ni más ni menos la denuncia de una mujer de ocho meses de embarazo que le pidió ayuda tras haber sido torturada y además, despojada de sus bienes por la Policía.
Tampoco recordó cómo funcionaba el mecanismo judicial, cómo se receptaban las denuncias, ni algún tipo de anomalía. Sí admitió una falla en el expediente del cual estaba a cargo. Por último, ante la pregunta del abogado Ceballos, respondió que en esa época “ninguno de mis compañeros manifestó ningún tipo de temor”.
Recordemos que varios testigos han señalado a Zamboni Ledesma, y en menor medida a Cristina Garzón de Lascano, “cómplices” del aparato represivo en la década del ‘70.
Texto y fotos: Facundo Martínez, especial para EL DIARIO del centro del país