Dio comienzo el pasado lunes la primera convocatoria del “Curso de Admisión a la UNVM”, período lectivo 2009, que se extenderá hasta el 31 de octubre.
En su primer día de clases, 209 adolescentes de la ciudad y de la región concurrieron a las aulas de 18 a 22 horas.
Al evaluar el arranque del programa, la Secretaría Académica de la casa de altos estudios, Luisa Margarita Schweizer, dijo a EL DIARIO que la respuesta obtenida de los alumnos fue "increíblemente buena".
Muchos de los concurrentes al curso, habían asistido previamente al servicio preuniversitario donde se revisaron contenidos del Nivel Medio.
Entre los dos centenares de jóvenes, la mayoría de los cuales ha manifestado su intención de proseguir estudios en Ciencias Económicas, impera "un alto nivel de atención, compromiso y alto nivel de asistencia".
Schweizer observó que muchos aspirantes llegaron en compañía de sus padres, quienes los transportaron desde localidades vecinas.
El programa de admisión anticipado servirá según dijo la secretaria de la UNVM, para "descomprimir la convocatoria de febrero" y permitirá que "alumnos y docentes se sientan menos presionados por la cantidad de personas reunidas y se pueda así personalizar más la enseñanza".
También resaltó "el esfuerzo enorme que significa para los estudiantes continuar con la escuela media y asistir a la vez a la universidad", pero opinó que "al cumplir esta etapa de admisión anticipadamente, les permite gozar del tiempo libre en verano, a la vez que pueden facilitar la organización de las vacaciones familiares".
Por otra parte, Schweizer anticipó que en los próximos meses se pondrá en marcha un grupo de apoyo multidisciplinario en cuestiones de aprendizaje. Dicho grupo incluirá una asistente social, una psicopedagoga y una psicomotricista, entre otros profesionales con el objetivo de ayudar a sortear las dificultades que se presentan en los primeros tiempos de los estudios superiores.
Consideró que "desde la Secretaría de Bienestar se viene realizando un trabajo excelente dando contención por el deporte, las actividades sociales y la salud. Ahora sumaremos este nuevo soporte, en el campo del aprendizaje".
La funcionaria agregó que "en los fracasos hay factores que exceden al conocimiento: pueden ser emocionales, afectivos, familiares o del contexto social. Si el alumno no encuentra una mano extendida, se desmoraliza, más aún en una sociedad compleja y cada vez más anónima como la nuestra".
"Hace tiempo -continuó Schweizer- en educación se pensaba que estas acciones de apoyo debían darse en los niveles primario y medio, pero ahora la adolescencia supera a los 25 años de edad, y la universidad debe atender esta problemática".
"Las personas poseemos tres dones: la libertad, la razón y la palabra, y la universidad debe servir para que los estudiantes tengan más libertad, utilicen más la razón y se expresen mejor, debemos sacar lo mejor que cada uno tiene. De otra manera, calificando con bajas notas, solamente estamos creando resentidos sociales."