Una pancarta con la cara de los doce concejales de la ciudad y la del intendente, que unánimemente entregaron la concesión del tratamiento de los residuos sólidos urbanos a la empresa estadounidense Innviron, encabezó la marcha de ayer de los Vecinos Autoconvocados.
Esta segunda movilización llegó hasta la Municipalidad -como la anterior del 24 de setiembre- donde los manifestantes pensaban entregar las más de 1.100 firmas reunidas, pero se encontraron con las puertas cerradas. Realizaron entonces una breve asamblea, en la cual resolvieron extender la marcha esta vez hasta el Concejo Deliberante y celebrar una nueva reunión el miércoles próximo en la sede de la Asociación de Trabajadores del Estado, para analizar los pasos a seguir.
A los transeúntes se les entregaba un volante en el que también aparecían las caras de Eduardo Accastello, Alejandro Balanza, Rosa Cámpora, Ricardo Pereyra, Miguel Zandrino, Verónica Vivó, Mario García, Carlos De Falco, Daniela Lucarelli, Javier Suppo, Carlos Andrada, Sebastián Capurro y José Escamilla. Los retratos iban acompañados por la leyenda: “Ellos votaron por la contaminación cancerígena en Villa María y toda la región. No al basurero provincial. Fuera Innviron”.
Este medio tuvo acceso además a un documento que comenzarán a repartir por las instituciones de la ciudad, en el que se detallan minuciosamente los peligros que entraña la metodología que emplea Innviron (gasificación de los residuos para la producción de energía), por la emisión de “peligrosas sustancias químicas (dioxinas y furanos) que son comprobadamente cancerígenas y que no pueden ser medidas en laboratorios argentinos...”.
Los Autoconvocados apelan en el escrito “al principio precautorio contemplado en tratados internacionales y en nuestra Legislación (Ley General de Ambiente, artículos 1º y 4º).
Aseguran en la misma nota a las instituciones que “el tratamiento de los residuos sólidos urbanos es tarea del municipio local... actualmente enmarcado en el Plan Basura Cero impulsado por el área Ambiente”, que comanda Raúl Costa, cuyos concejales (los de la Democracia Cristiana) también le dieron “la bienvenida” a la empresa foránea.