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Juan Domingo Perón, figura política inolvidable fue recordado por sus seguidores en el “Día de la Lealtad” |
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Lealtad inalterable y vigente
El “peronismo” emergió como fenómeno social de una experiencia tan emocionante como inolvidable. El 17 de Octubre de 1945 una muchedumbre salió espontáneamente a la calle para reclamar por su líder preso, transformándose para siempre en actora política.
Las masas trabajadoras se fundieron en un enorme abrazo simbólico con su líder, aquel que los había interpretado y reivindicado. Ese día cambió la historia argentina… a las 23 horas, Perón emitió el primer discurso desde el inolvidable balcón de la Rosada y daba cuenta de una ligazón que nunca más se desató. “Este es el pueblo que ha de ser inmortal porque no habrá perfidia ni maldad humana que lo pueda estremecer…” “doy también el primer abrazo a esa masa grandiosa que representa la síntesis de un sentimiento que había muerto en la Patria…”
¿Qué hace que ese afecto, esa reciprocidad, que los peronistas empezaron a llamar lealtad, perdure en el tiempo y sea objeto de evocación?
Ese acto ponía fin al modelo agro exportador ligado al imperio británico que la política de los años infames de palabra vacía, de minorías oligárquicas, de dueños de todo cada vez más ricos. Por contraposición emerge la acción concreta de defensa de la Patria y el reconocimiento de derechos a los desprotegidos que Perón representaba.
Aquella oligarquía buscó recurrentemente terminar con aquello que nunca toleró. El odio a Evita, el bombardeo a Plaza de Mayo, los fusilamientos de José León Suárez, Trelew y la generación masacrada tras el golpe cívico-militar del ‘76, demuestran sobradamente esta intención.
Desde el Encuentro Villa María en el Proyecto Nacional, creemos que los ataques sistemáticos a las políticas de recuperación de la soberanía y búsqueda de justicia social que lleva adelante el Gobierno de Cristina Fernández, es una versión “aggiornada” de la agresión de los poderosos, hoy entrelazada con los monopolios de la comunicación.
Saludamos a todos los “compañeros” en el Día de la Lealtad. “Compañero” es esa hermosa palabra que no han podido tergiversar, destruir ni alterar en el profundo contenido que guarda desde aquel 17 de Octubre. Con ella nos identificamos todos aquellos que luchamos y somos capaces de entregarnos en alma y vida por una causa justa.
El Encuentro Villa María en el Proyecto Nacional
Leales, siempre
Curiosamente, cuando todo el país ha sido testigo de la deleznable traición de Cobos, los peronistas una vez más celebramos el Día de la Lealtad y ratificamos en esta fecha histórica, nuestro compromiso indestructible con la causa por los desposeídos y humildes de esta tierra.
Pero ¿qué significa ser leal? ¿cuál es el valor de la lealtad? Si revisamos las poderosas imágenes de aquel 17 de Octubre de 1945, encontraremos las respuestas. Un pueblo unido que sale a las calles para reivindicar su protagonismo en la historia, para sostener un liderazgo que interpretaba las necesidades y demandas populares. Una multitud, que aún sin reconocerse en una identidad políticamente definida, sabía que era imperioso expresarse, visibilizarse en el conjunto de su presencia indiscutible. Era el subsuelo de la Patria sublevada, que le recordaba a las minorías opresoras, que la historia comenzaba a cambiar y que los trabajadores forjarían un destino mejor.
Basta recordar algunos hechos producidos, para comprender cómo los sectores oligárquicos advirtieron un peligro, en ese nuevo orden social que se estaba gestando e irrumpía con una fuerza luminosa, inaudita hasta ese momento. Desde la modesta Secretaría de Trabajo y Previsión, se sancionó el Decreto 33.302/43 extendiendo la indemnización por despido a todos los trabajadores, más de dos millones de personas fueron beneficiados con la jubilación, se sancionó el Estatuto del Peón de Campo y el Estatuto del Periodista, se crea el Hospital Policlínico para trabajadores ferroviarios, se crearon las escuelas técnicas dirigidas a obreros, en 1944 se firmaron 123 convenios colectivos que alcanzaron a más de 1.400.000 obreros y empleados y en 1945 otros 347 para 2.186.868 trabajadores. Estas cifras ilustran el nuevo país que se proponía. Una Argentina libre, justa y soberana.
Perón, encarnaba el personaje maldito para la oligarquía vacuna y los medios de comunicación, igual que ahora, eran funcionales a los grandes poderes económicos, por ejemplo, el diario Crítica, cuando es encarcelado el General, anuncia con grandes titulares: “Perón ya no constituye un peligro para el país”.
Igual que ayer, el pueblo sabe, intuye, percibe cuándo es manipulado por la desinformación y en aquella épica jornada salió a desmentir a todos los agoreros, hipócritas, mendaces y explotadores que mentira tras mentira quisieron disfrazarse, y fue aquella multitud enardecida que nos dejó la mejor lección de la historia argentina: cuando el pueblo está unido y sabe lo que quiere, su fuerza es incontenible. Por ello la lealtad constituye un valor fundamental del Movimiento, y cuando se comprende íntimamente ese sentimiento, dejamos de ser pobres criaturas aisladas para sumarnos en una potencia colectiva capaz de reinventar la historia. Si el peronismo tiene vigencia a más de medio siglo, es porque ha sabido atesorar ese sentimiento, como el preciado legado, en el cual renovamos nuestra fuerza y nuestra convicción, para seguir transformando el país.
Corriente Atilio López
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