Cada vez se hace más imperioso aguzar el ingenio para contrarrestar la imaginación de los delincuentes que no dejan resquicio sin abordar.
Así como se ha puesto de moda atacar trenes para saquearlos y sustraer valiosas cargas de cereales y oleaginosas, otros más organizados irrumpen en los predios rurales equipados con camiones, acoplados, chimangos y cuanto implemento sea necesario para “proveerse” del fruto del esfuerzo de los legítimos dueños.
La irrupción de los silos bolsas para almacenar los granos ha permitido, a la vez, un acceso más fácil para los ladrones. Como esos depósitos suelen estar alejados de la casa de los puesteros o de los dueños, se dificulta detectar alguna irrupción nocturna. Entonces ya se ha inventado una manera de minimizar esos efectos.
En una reciente jornada de capacitación llevada a cabo en Córdoba por la Fundación E+E (Empresarios más Emprendedores) se premiaron las 35 iniciativas más salientes del último año y, entre ellas, la idea puesta en práctica por jóvenes ingenieros y técnicos que implementaron un sistema de monitoreo sobre cualquier accionar que se ejerza sobre el silo. Consiste en colocar chips dentro del contenido a granel a modo de GPS que reportan a un tablero de control a distancia cualquier movimiento, incluyendo el traslado del contenido. Con ello se puede registrar desde el momento de la succión y su carga en camiones hasta el seguimiento de su itinerario y ulterior depósito final. De allí a su localización y su recupero sólo media un paso.