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Las lluvias que son una bendición para los cultivos, traen enfermedades que obligan a estar alertas |
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La actual campaña de trigo está presentando condiciones óptimas de crecimiento, a partir de las condiciones ambientales que se presentaron a del comienzo de la estación primaveral. Luego de un invierno caracterizado por un importante número de días con temperaturas mínimas por debajo de 0ºC y con condiciones leves de estrés hídrico según la zona -tal como informamos en EL DIARIO Rural del sábado anterior- hubo una reversión de las condiciones ambientales.
Pero como nunca todo es color de rosa, el ingeniero del INTA Marcos Juárez, Enrique Alberione, advirtió de lo negativo de las lluvias.
“En cuanto al aspecto sanitario se ha observado hasta la fecha, bajos niveles de incidencia de enfermedades, aunque las condiciones ambientales son favorables para su expresión. Roya de la hoja (Puccinia triticina) y mancha amarilla (Drechslera tritici repentis) han sido observadas sobre cultivares susceptibles, pero en infecciones incipientes, por lo general, detectadas en los estratos foliares inferiores. En muchos casos el desarrollo vegetal ha impedido a la enfermedad alcanzar las hojas superiores fundamentalmente en lo que se refiere a mancha amarilla. Por su parte las condiciones de precipitaciones han resultado algo desfavorables al establecimiento definitivo de roya de la hoja puesto que precipitaciones de mediana intensidad pueden provocar lavado de pústulas con arrastre de esporas hacia el piso. La disminución temporaria de la temperatura tampoco favorece a su establecimiento. Bajo esta situación particular el patógeno debe comenzar nuevamente con su ciclo infectivo con lo cual retrasa el establecimiento definitivo sobre el cultivo”, afirmó.
Agrega que los buenos trigos, merecen especial cuidado para que lleguen en estado óptimo a la cosecha. “Los cultivos en general presentan un desarrollo muy bueno, con buena producción de macollos. Transcurrida la primera quincena de octubre muchos cultivos se observan espigados y en comienzo de antesis. Esta situación y con pronósticos de ocurrencia de nuevas lluvias, con incremento gradual de la temperatura, puede resultar altamente favorable al desarrollo de Fusariosis de la espiga (Fusarium graminearum). Este patógeno requiere para generar infección en la espiga, penetrar a través de las anteras disponiendo de períodos con persistencia de alta humedad relativa ambiente (al menos por 48 a 72 horas) y temperaturas superiores a 24ºC. La condición de inexistencia de resistencia en los cultivares comerciales hace imprescindible como único manejo de la enfermedad contemplar la aplicación de fungicidas para su control.
Fungicidas
Considerando la necesidad de tener que aplicar fungicidas también para controlar enfermedades de hoja, deberá atenderse de manera especial la recomendación del o los productos a emplear”, indicó en su informe el profesional. La aplicación de productos mezclas (estrobilurinas más triazoles) y triazoles son eficaces para el control de roya de la hoja y mancha amarilla en sus dosis recomendadas. Tratándose de Fusariosis de la espiga el control deberá ser con carácter preventivo con protección química de las anteras evitando de esta manera que el patógeno infecte y colonice estos tejidos. No se recomienda en este caso la aplicación de fungicidas mezclas de estrobilurinas más triazoles puesto que no tienen control sobre la enfermedad. Por el contrario los productos recomendados son triazoles y bencimidazoles y/o sus mezclas. En todos los casos será necesario atender a factores que tienen que ver con la calidad de aplicación, no sólo ambientales sino también operativos. En años como estos, de óptimo desarrollo de los cultivos con presencia de canopeos cerrados por alta follosidad, puede resultar dificultoso, aún con aplicaciones bien dirigidas llegar hasta los estratos inferiores pretendiendo un óptimo control de las enfermedades. Si bien quedarán protegidas las hojas superiores, pueden no quedar protegidas de igual manera las hojas basales que como se ha observado hasta ahora alojan a las enfermedades mencionadas. “Es recomendable en estos casos además de la correcta aplicación, el uso de tarjetas hidrosensibles que permitan conocer la eficacia de la aplicación medida por puntos de impacto y tamaño de gotas”, concluyó el informe.
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