La gente estaba impaciente. No era para menos. Andrés Calamaro llegaba a la Docta a presentar su último trabajo que ya es éxito en todas las disquerías. Fue entonces que las luces comenzaron a jugar, a ponerse menos intensas, no así los gritos de sus fans. Es que presentían lo que se vendría. Y los temas del nuevo álbum así lo demuestran desde que se lanzó el 1 de junio. Un trabajo que se podría titular “Grandes éxitos inéditos”, porque no son otra cosa que eso.
Pasadas las 21.30 subieron al escenario él y su banda que en vivo suena a la perfección. La misma que lo viene acompañando desde La Lengua Popular y que hizo lo mismo en una veintena de temas que se hicieron presentes en el Orfeo. Fueron dos horas y media con los cortes del nuevo trabajo y algún que otro éxito, de esos que la gente recuerda cada vez que se dice Calamaro.
Entre los temas del nuevo CD se despachó con “Barcos”, una mezcla de tango con flamenco o viceversa, la cumbia y el acordeón en “Tres Marías” y su ya conocido rock pero con sus facetas: duro en “Flor de samurai” y más agresivo en “El perro”. Luego se hicieron presentes “Me envenenaste” y “El pasodoble de los amigos ausentes”. Fiel a su costumbre de hablar de temas de la actualidad (políticos y demás), pidió un minuto de gritos en honor a Mariano Ferreyra y tocó “Todos se van”. Además de recordar a la “Negra” Sosa.
Los otros temas nuevos no tardaron en aparecer. “Los divinos” fue uno de los más festejados de lo último, pero sólo un poco más de lo anterior. Pasada la hora de concierto se hizo lugar a los temas que lo llevaron al lugar que hoy le toca: el de los elegidos. Ya para ese momento había ofrecido “El salmón” y el Orfeo había demostrado entre saltos y coros todo lo que quieren a Calamaro en Córdoba.
Luego de amagar el fin de la noche, volvió y tocó “Mi gin tonic”, “Flaca”, “Todavía una canción de amor”, “Gracias a la vida” y “No woman no cry”. Más tarde, en una segunda vuelta de otra supuesta retirada, tocó “Estadio Azteca”, “Crímenes perfectos” y se dio el lujo de traer un rato a John Lennon. “Imagine” fue la excusa para hablar de ese hombre “que este año hubiese cumplido setenta años”.
Así, el maestro de las canciones demostró que es un docente en sí mismo, cuando le gusta lo que hace o cuando sabe que está lejos de lo que quiere. En este caso, cuando sabe que es capaz de dar un show imponente. Es el mismo que, en calidad musical, sabe que está por llegar a la cima de una carrera que solo él supo formar. Fue un show de alguien que invita a quienes sientan el rock como él: naturalmente. Para quienes quieran tener una sensación on the rock.
Juan José Coronell
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