Calle Mendoza: "Caos de tránsito"
Señor director:
Estoy viviendo desde hace muchos años en calle Mendoza al 1800. Dicha arteria se ha convertido en una "boca de lobo" durante la noche. La escasa iluminación (focos amarillos) de un solo lado, hacen que al querer cruzar la calle, se produzca el riesgo inminente de que se pierda una vida. "Lamentable".
Hago un llamado de atención a las autoridades, para que tomen medidas al respecto, también a la presidenta del centro vecinal que nos representa.
Agrego también al reclamo, la velocidad de motos y autos, algunos sin las luces respectivas. La falta de iluminación y semáforos desde bulevar Alvear hasta el Hospital Pasteur, convierten a esa calle en un verdadero caos de tránsito.
Risieri Bettiol
DNI: 6579444
La competencia como juez
Señor director:
Hace algunos años leí, a la entrada de uno de los Congresos Nacionales organizados por la Liga Central de Amas de Casa, un enorme cartel con una frase de Manuel Belgrano que decía: "Es la competencia el único juez que determina el valor de las cosas".
¡Cuánta razón tenía ese grande de nuestra historia! Lo podemos observar estos días.
Al instalarse algunos supermercados, todos los comercios distribuyen folletería anunciando rebajas en productos de la canasta familiar.
De cualquier manera, no se comparan con los precios de estos nuevos supermercados que ofrecen una gran variedad de productos de excelente calidad que beneficiarán a los consumidores.
María C. de Machado
LAC - Villa María
¡Soy una persona mayor!
Constantemente se critica a las personas mayores por no adaptarse al mundo moderno.
Sin embargo, nosotros nos responsabilizamos por todo lo que hemos hecho y no culpamos a nadie por ello.
No obstante, después de una profunda meditación, nos gustaría señalar que, a pesar de haber llevado el pelo largo, de haber realizado una revolución sexual, de habernos revelado contra los llamados valores tradicionales y de haber bailado con Los Beatles y los Rolling Stones.
En efecto, soy una persona mayor, pero…
No fuimos nosotros los que eliminamos: la melodía de la música, el talento y el ingenio de las creaciones artísticas, la buena voz a la hora de cantar, el orgullo por nuestra apariencia exterior, la cortesía al conducir, el romance en las relaciones amorosas, el compromiso de la pareja, la responsabilidad de la paternidad, la unión de la familia, el aprendizaje y gusto por la cultura, el sentimiento de patriotismo, el rechazo a la vulgaridad.
No fuimos nosotros los que eliminamos: la escena de la Navidad de las escuelas y ciudades, el comportamiento intelectual, el refinamiento del lenguaje, la dedicación a la literatura, la prudencia a la hora de gastar, la ambición por lograr ser alguien en la vida, ni tampoco sacamos a Dios del gobierno, de las escuelas y de nuestra vida.
Y por supuesto que no somos los que eliminamos: la paciencia y la tolerancia de nuestras relaciones personales ni de nuestras interacciones con los demás.
¡En efecto, ya soy una persona mayor!
Pero todavía puedo animar una fiesta… incluso si sólo resisto hasta las 9 pm. Todavía puedo abrir frascos con tapas a prueba de niños aunque tenga que usar un martillo. Todavía me acuerdo de llegar a mi casa…aunque deba llevar un mapa conmigo. Todavía duermo como un bebé en las noches… aunque al otro día el cuerpo demore en permitir que me levante.
Pero todavía puedo, reírme de las críticas…aunque a veces no pueda oír lo que dicen de mí. Todavía soy muy bueno contando historias…aunque las repita varias veces.
Pero no creas que me he vuelto peleador, cascarrabias ni intransigente… Simplemente que tengo edad para decir que hay cosas que ya no me gustan…
Ya no me gusta la congestión de tráfico, ni las muchedumbres. Ni la música alta. Ni los niños gritones. Ni los perros que ladran. Ni los políticos. Ni tantas otras cosas que ahora no recuerdo.
¡Y seguir disfrutando de mi vida a tope, seguir practicando el amor libre y seguir bailando con Los Beatles y Los Rolling Stones!
¡Soy una persona mayor!
Centro de Jubilados y Pensionados
"José Luis Suppo"
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