El pasado lunes 25 de octubre, en el auditorio de la Sociedad Rural de nuestra ciudad, convocados por el Colegio de Ingenieros Agrónomos con sede en dicha entidad, se reunieron más de veinte personas, ingenieros agrónomos, empresarios de fumigación aérea y terrestre, aplicadores, para tratar el tema de la legalidad y toxicidad de los productos químicos que se utilizan para controles de plagas, ya sean herbicidas o insecticidas.
Las declaraciones del Dr. Andrés Carrasco (investigador de la UBA y el Conicet) a un medio gráfico de la ciudad de Río Cuarto, generó la necesidad de explicar a la población por parte de los actores asistentes a dicha reunión sobre los manejos realizados bajo control en los campos lindantes a las zonas urbanas, para evitar los daños que puedan ocasionar los mismos, con malos manejos en la aplicación.
El ingeniero Tomás García Montaño, agente del Ministerio de Agricultura, delegación Villa María, expresó al comienzo del encuentro: "Debemos acordar un comunicado especialmente sobre los tratamientos peri urbanos, porque se aproxima la campaña de cosecha gruesa, para poner en conocimiento de la población, que se ha profesionalizado la cuestión de aplicaciones, que todos nosotros vivimos de esto y que somos los más interesados en evitar conflictos y consecuencias negativas".
"No es lo mismo una máquina no regulada para hacer un tratamiento peri urbano, que tiene una serie de reglamentos bastante más estrictos que para una aplicación de campo", agregó.
Además, sostuvo que "hay que demostrar la profesionalización de las tareas, hacer saber que una máquina para pulverizar debe estar aprobada y autorizada, y deben pasar una serie de controles tanto la máquina, como el operario y la empresa, tanto en la pulverización aérea como terrestre".
"En Villa María, ya está la ordenanza que delimita el perímetro libre de fumigación en el radio periférico de la ciudad", manifestó García Montaño.

Autorizados

En tanto Gerardo Alleman, miembro de la Federación Argentina de Cámaras Agro-Aéreas, dijo que los aplicadores "manejan productos autorizados por Senasa y con receta fitosanitaria de los ingenieros agrónomos, por lo que las responsabilidades de los aplicadores son nulas, lo que comenzó el debate sobre el buen uso de las aplicaciones, la capacitación de los operarios, las responsabilidades sobre controles y cómo asumirán el trabajo de la campaña 2010-2011".
El comunicado elaborado durante la reunión deja en claro varias cuestiones a cada uno de los sectores involucrados:
Aquellos en las aplicaciones de Productos Químicos o Biológicos de uso Agropecuario (de ahora en más agroquímicos), ante el advenimiento de una nueva campaña de cosecha gruesa, nos dirigimos a la opinión pública, a través de los medios de comunicación a los fines de informar, aclarar y difundir lo que es nuestra propuesta en lo referido a las citadas aplicaciones. Tomamos esta iniciativa ante lo que creemos y queremos que sepa la población acerca de las aplicaciones con agroquímicos, en especial aquellas que se realizan en cercanías de los centros poblados llamados “peri-urbanos”. Al respecto queremos resaltar que en un tema tan complejo y específico como lo es el de los agroquímicos, debemos destacar la profesionalidad con la que se maneja -en general- toda la cadena. Esto es, cumplir con los designios de la Ley 9.164 a rajatabla, profundizando aún más en lo en ella escrito con acciones que involucran al sentido común. En ella, no se prohíben las aplicaciones peri-urbanas, pero sí se las restringe a controles mucho más severos. Entonces, para intentar dar un poco más de tranquilidad, aclaramos que:
1º Que quien como vulgarmente se conoce “fumiga” es una máquina; y quien hace que esa máquina que pulverizó ese líquido, y que las partículas de él devenidas lleguen a un objetivo específico (malezas, o plagas como insectos u hongos) es el hombre.
2º Para poder realizar cualquiera de estas aplicaciones, es necesario contar con una Receta Fitosanitaria expedida por un profesional ingeniero agrónomo que previamente ha sido capacitado en lo referido a la técnica de aplicación y los riesgos toxicológicos que eventualmente pudieran surgir. Esto no es más que cumplir con la Ley.
3º Además, toda máquina que haga el trabajo referido, ha pasado por una serie de calificaciones relacionadas al funcionamiento general de la misma (ITV) y el operario conductor también ha sido capacitado en cursos anuales específicos.
4º Para el caso de las aplicaciones peri-urbanas, se agudizan aun más los controles (más que lo pedido en la Ley), y por ejemplo, debe haber presente supervisando la tarea un ingeniero agrónomo del municipio, o que el productor involucrado contrate para tal fin.
Como vemos, cumpliendo con la Ley, y al trabajar profesionalmente los riesgos toxicológicos para la población de estas aplicaciones se ven considerablemente atenuados.
Por último nos animamos a hacer tres sugerencias a todos los involucrados en este tipo de aplicaciones peri-urbanas. Estas son: al vecino, que "participe de estas aplicaciones, exigiendo que se cumplan con todos los requisitos que señala la Ley. Esto es: que al trabajo lo haga una máquina habilitada, con un operario calificado, y que se cumpla con lo estipulado en la Receta Fitosanitaria. Además, sugerimos que se interiorice más acerca de las toxicidades de los productos que habitualmente usamos. Notamos que en una campaña, orquestada por algunas organizaciones que parece que intentan confundir a la gente, debido a que actualmente nos manejamos con productos que, comparativamente son más inocuos que hace 20 años (caso glifosato), y que como lo veníamos planteando en esta nota, aumentando la prudencia atenuamos considerablemente los riesgos".
Al productor, que "toda aplicación de agroquímicos debe realizarse con máquinas (aviones y terrestres) inscriptas y verificadas, respetando lo indicado en la Receta Fitosanitaria.
Al aplicador (terrestre o aéreo), que "inscriba a su empresa y habilite anualmente sus maquinarias. Trabaje siempre con la Receta Fitosanitaria".
Adherentes firmantes, por los aplicadores: Ariel Bonansea, Roberto Monge, José Luis Suárez, Rafael Morant, Emiliano Costabella, Elmir Bertoldo, Edgardo Beletti, Heraldo Beletti, Gerardo Alleman, Rubén Güelfi; por los ingenieros agrónomos: Rodolfo Meny, José Bonvín, Tomás García Montaño, Julián Arpón, Pablo Montalvo, Raúl Montalvo, Ricardo Weiss.