Escribe: Jesús Chirino

Cuando en agosto de 1968, Raimundo Ongaro se encontró con los trabajadores villamarienses en el local de San Martín 232, sede de La Fraternidad, hacía pocas horas que el gremialista Augusto Vandor había estado en la filial local de la Unión Obrera Metalúrgica.

CGTA

Ongaro vino a la ciudad como secretario General de la CGT de los Argentinos (CGTA), aquella "experiencia efímera e inolvidable. Un hito insoslayable en el registro de la historia del movimiento obrero argentino", tal cual lo dice Juan Carlos Giuliani en su libro "Pensamiento propio, lo nuevo estaba entre nosotros".

La CGTA surgió del Congreso Normalizador de marzo de 1968, desarrollado en Buenos Aires en tiempos de la dictadura de Juan Carlos Onganía. Allí se institucionalizó la separación entre quienes propiciaban negociar con la dictadura y los que planteaban la defensa irrestricta de la clase trabajadora ante la opresión militar. Estos últimos integraron la CGT liderada por Ongaro, en la que participaron Héctor Quagliaro, Agustín Tosco, entre otros.

Amado Olmos

En 1967, desde el exilio, Juan Perón nombró delegado y secretario General del Movimiento Peronista al mayor Bernardo Alberte. El militar, antiguo edecán de Perón, se puso a trabajar en la reorganización del movimiento que incluía el conflictivo sector gremial donde la figura con más poder era el metalúrgico, ex suboficial de la Armada, Augusto Vandor quien en junio de 1966 había participado de la ceremonia de asunción del dictador Juan Carlos Onganía. Tenía lógica su presencia en ese acto dado que él había hecho mucho para el derrocamiento del presidente constitucional Arturo Umberto Illia. Había pensado el plan de ocupación de 10 mil fábricas, también tuvo la idea de soltar miles de tortugas por la calle Florida de Buenos Aires para referenciar la supuesta lentitud gubernamental.
Vandor, luego de liderar un fracasado operativo para el retorno de Perón, explicitó una estrategia política que se expresó claramente en la revista "Primera Plana" cuando una tapa de la misma planteó el interrogante "¿Vandor o Perón?". Era el intento de construir un peronismo sin Perón.

En 1968, ante el Congreso Normalizador de la CGT, desde el sector de Alberte, se comenzó a barajar el nombre de Amado Olmos, dirigente de Sanidad, para que liderara la CGT. Era un candidato indiscutible que permitiría mantener la unidad y al cual, se suponía, no podría oponerse Vandor. En la biografía de Perón escrita por Norberto Galasso, se dice que entonces "el General, por su parte, mantiene ciertas reservas con respecto a Olmos. Más allá de su honestidad y correcto desempeño gremial, no olvida que tiempo atrás ha formulado la conveniencia del partido obrero, lo cual implicaría cierto clasismo dentro del movimiento, posición que juzga afín a Cooke y que, según su criterio, provocaría divisionismo…". El mismo Galasso manifiesta que Perón no tuvo que decidirse por la candidatura dado que Olmos falleció el 27 de enero en un accidente de ruta cerca de Villa María. Aquel accidente fue tildado de "raro", pero nadie investigó.

Congreso Normalizador

Según la citada biografía de Perón, en algún momento el general exiliado supuso que Alberte se había inclinado hacia la izquierda o que tenía demasiados asesores de esa vertiente ideológica. Desde la pendular lógica política de Perón eso se corregía moviendo el péndulo hacía el otro lado, como manera de compensar y no herir el movimiento policlasista que lideraba. Fue entonces cuando señaló que la dirección de la CGT debía ser acordada con Vandor. El cual, según el General, había modificado su posición.

Así se llega al Congreso Normalizador, designado "Amado Olmos", que sesionó entre el 28 y el 30 de marzo en el local de la UTA. Allí se expresaron quienes tenían una posición colaboracionista con el Gobierno de facto y aquellos otros que eran más combativos y gozaban de la simpatía de Alberte, quien a esa altura había presentado su renuncia a Perón, que se la acepta el 5 de abril. Las dos corrientes también se expresaban en sus maneras de intervenir en los conflictos gremiales a lo largo del país.

De ese congreso participaron delegados peronistas, radicales, comunistas, socialistas y socialcristianos. El día 29, el vandorismo se retiró del cónclave y el 30 Raimundo Ongaro es elegido secretario General de esa CGT que incluiría a gremios independientes, gráficos, ferroviarios, textiles, ATE, UTA, farmacia, madera, navales y otros. Por su parte el vandorismo con vestido, metalúrgicos, UOCRA, SUPE y otros, se organizó como CGT Azopardo. En Villa María la regional de la CGT adhirió a la posición ongarista.

Ongaro en la ciudad

El diario local "EL Tiempo" publicó la visita que Raimundo Ongaro realizó a Villa María el 29 y 30 de agosto de 1968. A las 18.15 inició una conferencia de prensa en la sede de La Fraternidad, allí señaló la necesidad de "crear los parlamentos populares" para que hicieran un acto por semana. Mencionó figuras como Camilo Torres, Felipe Vallese y, según el cronista cuando le preguntaron sobre el Che Guevara "lo acusó de no haber hecho la revolución primero en la Argentina ". Tampoco se mostró partidario del uso de la violencia para llegar al poder. Luego, en el mismo local, se desarrolló un plenario público con la presencia de unas dos mil personas. En ese acto hicieron uso de la palabra Juan José Pece, el ferroviario Antonio Sicipione y Martín Federico. El líder de la CGTA habló a las 20.30 pidiendo que el pueblo presionara a las autoridades de sus comunas "si se hacen mil actos por semana el Gobierno no dura un mes más", argumentó. También señaló que "¿si el Gobierno apalea obreros, si el Gobierno recurre a la violencia, por qué no podemos hacerlo?". El cronista señala que manifestó la necesidad de hacerle "la guerra total" al Gobierno de Onganía "que nadie eligió y que nadie quiere". En su alocución, varias veces se preguntó "¿quién es Onganía?"

Terminado el acto concurrió a los estudios de "Canal 2" , estaba previsto que le realizaran una entrevista, pero la Policía no le permitió el ingreso al lugar. Luego invitado por empresarios locales asistió al Centro Comercial, allí dijo que "lucharía junto al empresariado por objetivos nacionales, pero que también estaría frente a ellos para discutir las conquistas obreras". Luego con el dirigente de la Unión Ferroviaria, Antonio Sicipione y el textil Hipólito Ciocco, que lo acompañaron en la visita a la ciudad, fueron a cenar en un comedor del bulevar España. En su visita el líder cegetista también mantuvo reuniones con dirigentes de los partidos políticos, entonces proscriptos.

Aquella CGTA, cuyo semanario dirigió Rodolfo Walsh, albergó dirigentes gremiales de diferentes extracciones ideológicas y fue constituida desde un lema que nunca tendríamos que olvidar: "Sólo el pueblo salvará al pueblo".