Días atrás, se llevó a cabo la fiesta anual del Centro de Industriales Panaderos de Córdoba (CIPAC) filial Villa María.
El evento comenzó a las 21.30, con la cena, y se prolongó hasta el amanecer siendo el desayuno la última etapa de una noche que contó con importantes y variados platos en su menú.
En un marco que alcanzó las 700 personas, la convocatoria no se limitó solamente a panaderos de la localidad sino que contó también con la presencia de industriales de diversos puntos de la región; así como diversos referentes de instituciones locales, provinciales y nacionales.
En la ocasión el presidente de la institución, Gustavo Bustamante, recordó los hechos trascendentes del año 2010, e instó a trabajar más fuerte en el futuro para el crecimiento del sector.
Desde lo institucional, el empresario anunció que “sería su última fiesta como presidente de CIPAC Villa María”, dejando el cargo una vez finalizado su mandato a quien resulte electo por sus pares.
Por otro lado, en un momento muy emotivo de la fiesta, el CIPAC premió la trayectoria de panaderías locales que cuentan con varios años en el rubro; tales como San Cayetano, El Trébol y La Esperanza.
Una mención especial mereció el presidente de AERCA, Jorge Valinotto, “en honor a la colaboración recibida desde la entidad que nuclea a los empresarios”, según indicó Bustamante al entregar el reconocimiento.
La cena luego se transformó en una auténtica fiesta donde se sortearon medio centenar de premios entre los asistentes y que se coronó con la esperada actuación de Cacho Buenaventura.
El humorista cordobés desplegó un notable show de cuentos y canciones por espacio de 2 horas, siendo la sonrisa y la carcajada presencias permanentes entre un público que no dudó en despedir al artista con un cerrado aplauso y de pie.
Luego, llegó el baile. Los invitados no dudaron un momento en salir a la pista para coronar la noche que finalizó con el sol asomando en el horizonte.