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Vista de una de las extraordinarias playas de Colón, a unas cinco horas de Villa María |
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Escribe: Pepo Garay,
especial para EL DIARIO
Muy buenas playas. Son las de Colón, pequeña localidad recostada sobre los límites orientales de la nación, en la provincia de Entre Ríos. Destino sereno, bien de litoral, que ofrece en su regazo una serie de tentadoras opciones para el viajero.
Muy buenas playas decíamos, y no hay error de tipeo. Aun apartada del mar y las olas, la ciudad carece de motivos para andar envidiando. El ancho y generoso río Uruguay, le da todo lo que necesita, regándola de balnearios plenos de belleza. Mucha arena, mucha agua, mucho sol. Colón anda bien pertrechado de materias primas.
Muy buenas playas. Y si no que venga la costanera a abrir la boca. Una extensa ribera que se extiende de norte a sur, ofreciendo alternativas de diversa tonalidad. Para los que buscan soledad y recogimiento, y para los que quieren comunión social y contacto con bañistas provenientes de todo el país. Hay para elegir. Entre los balnearios más conocidos figuran el Norte, Piedras Coloradas, Inkier y Playa Nueva. Algunos de ellos hospedan extensos campings, donde adolescentes y personas mayores comparten vida al aire libre. Las noches encuentran a algunos con ropas de salida, fernet y vino en mano, y a otros con malla, ojotas y mate para compartir.
Cualquiera sea la selección, la playa es siempre la que marca la coyuntura. Aun con la luna como protagonista, las aguas del Uruguay se siguen luciendo. Lo mismo que islas como Del Queguay, Hornos o San Francisco, preciosos espacios naturales de fácil acceso desde la costa.
Se abre el panorama
Sin embargo, no todo en este municipio de 20 mil habitantes gira alrededor de la sombrilla y la reposera. Aparte de movida nocturna, restaurantes y paseos por el breve pero ameno núcleo urbano, Colón cuenta con otras ofrendas que el turista recibe gustoso. Al igual que en varios otros puntos de la provincia, las termas tienen aquí su área de privilegio. Un emprendimiento al que todavía le falta pulirse, pero que sin dudas encarna un atractivo de peso propio. La recorrida obligada también incluye lugares como el Parque Quiroz y sus apuestas escalinatas, el edificio de la ex estación fluvial, el puerto y el Centro Artesanal, que en su momento fuera residencia del máximo prócer entrerriano: Justo José de Urquiza.
Siguiendo las huellas del primer presidente de la Confederación Argentina, una escapada recomendable es la visita al Palacio San José, distante a 65 kilómetros, cerca de Concepción del Uruguay. La belleza y la historia que condensa esta célebre residencia (que fuera morada de Urquiza), justifican el periplo. Otro tour recomendable es el que culmina en el Parque Nacional el Palmar, con sus maravillosos paisajes naturales. Para llegar a este último desde Colón, se deben recorrer unos 55 kilómetros con rumbo norte.
Después de la excursión, después de las fotos, la caminata y la compra de souvenirs, el viajero siempre vuelve a la costanera. Rambla mansa y briosa a la vez. Con palmeras que dominan la escena, dotando al contexto de la pincelada que faltaba. Los visitantes que van y vienen, sin amontonamientos, en su justa medida. Y ahí, siempre, las playas. Muy buenas playas.
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