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Alvaro Yunque, Raúl González Tuñón y Alfonsina Storni. por Raúl Olcelli |
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Escribe: Jesús Chirino
El proceso de restauración conservadora, iniciado con el golpe de Estado del 6 de setiembre de 1930, trajo muchos dolores a nuestro país. Aquella época suele ser denominada “década infame” por el castigo que sufrió el pueblo con las persecuciones, muertes, detenciones políticas y torturas que les fueran infligidas a los militantes políticos, gremiales y sociales. Todo esto en medio de una importante crisis económica. Pero esa misma época también puede ser denominada a partir de la resistencia y lucha que no pocos argentinos dieron al fraudulento régimen desde gremios, partidos políticos, medios de prensa y todo tipo de organizaciones. También las letras aportaron lo suyo. En la prensa de Villa María se publicaron trabajos de grandes escritores que dieron testimonio de una especial sensibilidad social.
Servicio literario
El popular diario local Heraldo en su edición del 28 de abril de 1933, presentó lo que denominó un “nuevo servicio” para sus lectores que consistía en notas escritas por los periodistas integrantes del grupo denominado “Gente de Prensa”. En una extensa nota titulada “El núcleo de Gente de Prensa” se presentó al “grupo de distinguidos periodistas porteños que se han incorporado al personal de Heraldo por intermedio de la entidad que los agrupa…”, a continuación se daban datos biográficos de los “intelectuales y periodistas” cuyos escritos serían difundidos por el medio local.
De esa manera los villamarienses comenzaron a leer, en un medio gráfico local, la producción de importantes figuras del mundo intelectual argentino. Rescatar el hecho tiene un interés histórico a partir de entender la importancia de la circulación de las obras literarias y la crítica. Las figuras de las letras que integraron aquel grupo de “Gente de Prensa” fueron Alfonsina Storni, Arístides Gandolfi Herrero más conocido como Alvaro Yunque, Raúl González Tuñón y Teodoro A. Berro.
Mujer de letras
El diario presentó a Alfonsina Storni como “nuestra querida cultora del verso -que- no es sólo la primera figura femenina lírica de aquí, sino de América, habiendo trascendido su obra a todos los países”. Luego, en relación al cambio de la escritura de Storni, se señaló que “la poetiza de ayer, emotiva, como de una sola cuerda y en constante vecindad con un estado de rebelión... no es la misma poetisa de hoy, jugosa, proteica, de voz profunda, por cuyos acentos resbala la dulce gravedad del órgano”. La caracterización de la escritora es importante como dato que confirma que en el medio local se comprendía la valía de los escritores que estarían mandando sus colaboraciones desde Buenos Aires. Así se caracterizaba a Alfonsina Storni como la escritora “de renombre universal” que comenzó a tener a su cargo una columna denominada “Crónica para la mujer”. La primera nota de la escritora argentina, nacida en Suiza, en el Heraldo se tituló “Grito de madre” y fue publicada en la edición del 4 de mayo de 1933, allí su prosa, que puede denominarse feminista, aborda la crítica de la homónima novela. La escritora, que alguna vez ejerció de maestra y también de actriz, comenta sobre la mencionada obra cuya autoría corresponde a Helen Grace Carlisle, a la vez se explaya en un tema tan importante en su obra como lo es la posición de la mujer en la sociedad. Alfonsina leyó la obra de Carlisle a partir de la traducción al francés realizada por Magdalena Paz. Categórica Storni en el Heraldo señala “por mi parte creo que si la literatura femenina no hubiera producido nada más que este libro, quedaría, por él, justificada. Y me prometo, ahora que lo conozco, leer a todos los escritores nuevos de Norteamérica de los que solamente he leído algunos y que, como es sabido, echan por tierra la leyenda de que los Estados Unidos son un país que sólo danza a invitación del dólar”. Otra columna de Alfonsina se tituló “Piensa una mujer” en la que, entre otras cosas, dijo, “siempre el ser dominado es más complejo que el dominador”. Para luego agregar: “Los servidores, los esclavos, pertenezcan a cualquier sexo, suelen tener idiosincrasia femenina. Esto es lógico: a la fuerza del sometedor se opone el ardid del sometido, que es la fuerza de la debilidad, una, por cierto, terrible fuerza”. Señalando lo que ella denominó la fuerza de la debilidad escribió: “La verdadera fuerza de la mujer radica en esta complejidad: con ella atrae, retiene y, hasta de un modo indirecto, manda”.
El hombre de la rosa blindada
Las colaboraciones de los mencionados escritores se publicaban en Heraldo con encabezamiento que decía: “Servicio exclusivo para Heraldo de Gente de Prensa”. Entre los artículos estaban los “Comentario de actualidad de Teodoro A. Berro” y la columna denominada “Brújula de bolsillo” a cargo de Raúl González Tuñón. Los primeros artículos de éste en Heraldo se titularon “El humorista de Ohio” y “Recurso de prestidigitador”. El diario local presentó a Tuñón, quien para entonces ya había publicado “La calle del agujero en la media” -1930- como “uno de los valores indiscutidos de la intelectualidad argentina de este tiempo, ha logrado en breves años de actuación inquieta y proteiforme algo que no siempre acompaña a la nombradía de contemporáneos: el respeto. Respeto por la sinceridad literaria que transparenta su obra; respeto por su talento, siempre en evolución realizadora y promisoria; respeto por la obra misma, ya periodística, ya poética, ya de orientación social”. Recordemos que es quien publicaría “La rosa blindada”, libro inspirado en un levantamiento minero en la provincia española de Asturia. Indudablemente que la obra de Tuñón poseía una especial sensibilidad social que no sólo estaba dada por su filiación comunista. A este autor también se le publicó en el periódico local El Deber.
Yunque y la triste noticia de 1938
Como ya se dijo, otro integrante de Gente de Prensa que publicó en Heraldo fue el reconocido escritor Alvaro Yunque, quien supo ser colaborador de medios de prensa anarquistas y socialistas incorporándose luego al Partido Comunista. Su obra puede ser denominada de literatura realista preñada de inquietudes sociales, siempre en defensa de los trabajadores, los desposeídos y los niños. El mismo que supo escribir aquello de:
La gloria del poeta!:
Unir como los puentes,
No como las cadenas.
En Heraldo no sólo se publicaron columnas periodísticas de Yunque, también poemas. Uno de ellos, titulado “Tragedia”, se imprimió en la edición del 23 de setiembre de 1933:
¡Poseer energías para
emprender lo grande
Y tener que agotarlas
en ganar lo pequeño!:
He aquí la tragedia
cotidiana y anónima
que entristece a los
locos forjadores de
ensueños.
¡Tener ansias, hermanos,
de intentar lo inaudito,
y gastar esas ansias en
un mísero empleo!:
¡He aquí la tragedia
pobres diablos! De todos…
¡Nuestras ansias de gloria malvender por un sueldo!
¡Comprender ya vencidos, que la vida monótona
de ganarse el salario
devoró pensamientos:
¡He aquí la tragedia del
rebelde hecho máquina,
la terrible tragedia del
que tuvo talento!
El 25 de octubre de 1938 el Heraldo en su tapa publicó el titular “Trágicamente murió Alfonsina Storni”. El cadáver de la escritora, que en 1935 había sido intervenida quirúrgicamente por sufrir un cáncer de mama, había sido encontrado flotando en las costas de Mar del Plata. El diario local se hacía eco del dolor que provocó esa muerte. Si bien Heraldo ya no recibía colaboraciones de Alfonsina, sí, por un tiempo continuó publicando otras colaboraciones remitidas por la sociedad de escritores “Gente de Prensa”.
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