El 30 de octubre último, este medio publicó una carta abierta del vecino de la localidad Carlos Alberto Amado, dirigida al intendente Omar Julián y al subsecretario del Ministerio de Desarrollo Social Darío Ranco, denunciando que no se había cumplido la promesa de entregar una vivienda digna para el niño Juan Salabiagione, quien fue operado del corazón.
Si bien la vivienda está construida, "tiene una habitación menos que en el plano original, la que fue suprimida", aún no fue entregada porque le falta la conexión de servicios.
Un periodista de este medio pudo comprobar que ese subsidio, por 14 mil pesos prometido por Ranco, llegó a la Tesorería de la provincia el 8 de mayo de 2008 y que fue retirado dos días después por la Municipalidad. En el expediente consta la visita a la localidad que realizó la asistente social y un arquitecto, profesionales que comprobaron la necesidad de que Juan contara con una vivienda apropiada y que presupuestaron la obra, material por material (caños, vidrios, aberturas, ladrillos...), en 14.460 pesos. El subsidio algo inferior existió y fue retirado.
La denuncia en la carta pública aseguró que el dinero estuvo "esfumado" durante los primeros 18 meses. "Y ahora van 33 meses y Juan debe ser operado nuevamente para que se le cambie el marcapasos... ¿Tendrá la vivienda digna?..."
Lo cierto es que mucho antes de esta carta, en diciembre de 2009, el caso fue llevado a los Tribunales bellvillense, donde sigue bajo investigación por si se cometieron irregularidades.
El intendente fue consultado ayer por EL DIARIO, pero prefirió guardar silencio precisamente porque el caso está en la Justicia.

Silencio

Ante la consulta que le realizó en la mañana de ayer un periodista de EL DIARIO, el intendente municipal prefirió guardar silencio porque "el tema está en manos del abogado de la Municipalidad, que es un profesional de la ciudad de Bell Ville, Alesio Conti".
"El es quien puede hablar sobre esta cuestión surgida de una denuncia política del juecismo", agregó Omar Julián.
Nuestro periodista le dejó al jefe comunal su número telefónico y quedó a disposición del letrado bellvillense, pero a lo largo de toda la jornada la llamada nunca llegó.