Escribe: Diego Pellegrini (h)
Hipólito Yrigoyen es pura felicidad, empató 2 a 2 ante Rivadavia y debido a la victoria en el partido de ida, se colocó entre los semifinalistas de la Liga Villamariense.
La serie fue muy pareja, reñida y con dos equipos del alta calidad midiendo sus fuerzas para meterse entre los cuatro mejores. En ese marco, quien salió airoso fue el conjunto de Tío Pujio, que supo defender lo conseguido en Arroyo Cabral y con el empate obtuvo el pasaporte a la próxima ronda.
Rivadavia se va con toda la bronca de saber que estaba para más, pero por las falencias propias de la irregularidad a lo largo del campeonato, se queda demasiado temprano afuera de todo.
Si bien es cierto que lo del cabralense fue aceptable a lo largo de la serie, cometió algunos errores que se repitieron a lo largo del torneo (como las expulsiones) que lo terminaron debilitando. Ante ese panorama, Yrigoyen no perdonó y sacó provecho.
Porque en un partido que se desarrolló en mayor medida con un trámite parejo, a los 17’ y en la primera clara, el local empezaba a festejar. Centro desde la izquierda de Matías Barbuio, para que Ignacio Negrini aparezca por el segundo palo y coloque el 1 a 0.
Ese tanto casi no pudo ser festejado por los hinchas locales, ya que a los 18’, Raúl Maldonado sacó un as de la manga y con un remate tremendo, desde afuera del área, clavó el 1 a 1.
El partido de repente se abría con dos golazos y demostraba que ambos pensaban en el arco rival, aunque quien estaba obligado era el visitante.
Justamente el visitante empezaba de a poco a tomar el camino equivocado, cuando Fernando José impactó con su mano en el rostro de Barbuio y vio la roja.

La ventaja

Llamativamente Rivadavia, con uno menos, encontraría sus mejores pasajes en partido y la ventaja transitoria. Sería a los 37’, cuando Lucas Barengo, quien se asociaba a Maldonado y mostraba cosas interesantes, apareció por izquierda y con un zurdazo cruzado puso el 2 a 1.
Baldazo de agua fría para Yrigoyen y compañía, que no podía creer como cambiaba el partido en tan pocos minutos.
Mientras tanto, el equipo de Diego Valle continuaba atacando porque necesitaba un gol más para la clasificación. Entonces, tendría un par de aproximaciones con remates de Barengo y de López dentro del área. Pero la más clara llegaría cuando Berterame empujó la pelota al fondo de la red, pero el asistente número dos, Diego Moreno, marcó posición adelantada. Dudosa para toda la cancha menos para el juez de línea, que privaba a Rivadavia del 3 a 1.

El empate

Por contrapartida, Yrigoyen que la pasaba mal, encontraría en el minuto final del primer tiempo el tanto que sería el de la clasificación.
Apareció Solís por única vez por la banda derecha y envió un centro para el gol de Negrini, el “Nacho” no pudo con “Sami” Suárez, pero quien sí podría sería Barbuio, que venía solo en el segundo palo para el 2 a 2.
Esa jugada caló hondo en el corazón del visitante, que salió al complemento sentido anímicamente y nunca más volvió a encontrarle la vuelta al juego. Para colmo de males para las filas de Rivadavia, Ariel Berterame veía la roja (12’) cuando todavía quedaba mucho tiempo.
Panorama negro para el verde, panorama lleno de tranquilidad para Yrigoyen, que a pesar de la paz por el resultado, las expulsiones de Solís y Burello terminaban empañando el partido para Germán Vicario.
Un partido que en el complemento, el local casi no necesitó jugarlo porque enfrente tuvo a un Rivadavia en inferioridad numérica y sin ideas para atacar.
Las pocas chances para ambos así lo demuestran. Un gol anulado correctamente a Marcos Berterame, y un par de aproximaciones en los pies de Nicolás Domínguez, fueron las tibias ocasiones para los de Valle. Por parte del “diablo”, un remate de Barbuio y alguna que otra contra mal ejecutada, sólo eso y nada más.
La historia ya estaba escrita, con el “rojo” de Tío Pujio loco de felicidad.

La figura
Matías Barbuio tuvo un gran primer tiempo apareciendo siempre por la banda izquierda y fue determinante para el partido. El ex Alumni asistió a Negrini en el primer gol y convirtió el segundo de su equipo.

El árbitro
Julio Fernández tuvo un discreto arbitraje. Estuvo correcto con las amarillas y en la expulsión de José. Quedaron muchas dudas en las otras tres rojas, a Ariel Berterame, Solís y Burello. Además, le anuló a Rivadavia un gol por fuera de juego de Berterame (era el 3 a 1), muy dudosa.

El dato

Cuando concluya el campeonato para Hipólito Yrigoyen, Germán Vicario dejará de ser el director técnico de la entidad de Tío Pujio. La sorpresiva noticia fue relevada ayer por el mismo entrenador, quien desde hace varias temporadas se encuentra conduciendo el primer equipo de la entidad, como así también el fútbol juvenil.