Un equipo multidisciplinario realizó el primer implante de válvula aórtica por catéter en el Hospital Privado de Córdoba, que se suma de esta manera a los escasos centros del país donde se realiza esta intervención.
Este novedoso procedimiento permite simplificar y extender el tratamiento de la estenosis aórtica senil a pacientes que por su edad y elevado riesgo no pueden someterse al hasta ahora tratamiento convencional: la cirugía de remplazo valvular aórtica.
La paciente octogenaria oriunda de Villa María, previamente muy limitada y con un pronóstico ominoso, fue dada de alta luego de cuatro días de internación y se recuperó favorablemente.
A través de la válvula aórtica fluye la sangre desde el corazón hacia la arteria aorta y desde esta hacia todo el cuerpo.
Diferentes enfermedades pueden afectarla en las etapas de la vida y reducir progresivamente la superficie del orificio valvular, constituyendo lo que se denomina “estenosis valvular aórtica”. En pacientes más jóvenes esto puede ocurrir por una anomalía congénita o también por la cada vez menos frecuente “fiebre reumática” que aparece tras una infección bacteriana.
Debido al aumento en la expectativa de vida de la población, la forma más frecuente de estenosis aórtica en la actualidad es la que ocurre en ancianos y se debe a depósitos de calcio y fibrosis con endurecimiento de las estructuras de la válvula.
Con la obstrucción progresiva de la válvula, el músculo cardíaco enfrenta una sobrecarga de trabajo cada vez mayor para vencer su resistencia. Durante muchos años el corazón se adapta a esta situación, pero eventualmente comienza a claudicar y aparecen síntomas como desmayos (llamados síncopes), dolores de pecho (angor) y finalmente falta de aire (como manifestación de insuficiencia cardíaca), que sin el tratamiento específico marcan ya un mal pronóstico a corto plazo.
Tratamiento convencional
Hasta hace poco tiempo, el único tratamiento eficaz disponible era el remplazo valvular, consistente en la extracción de la válvula enferma y su cambio por una prótesis mediante una cirugía convencional a cielo abierto, con parada cardíaca y utilización de bomba de circulación extracorpórea.
Este tratamiento continúa siendo muy eficaz para tratar a la mayoría de los pacientes y mejorar su sobrevida, pero implica un riesgo muy elevado en los ancianos. En este grupo, la edad y sus enfermedades asociadas implican una mayor mortalidad y la posibilidad de secuelas relacionadas a la cirugía y la bomba extracorpórea. Esta es la razón por la cual aproximadamente un tercio de los pacientes con estenosis aórtica senil sintomática no se operan y ven reducida dramáticamente su expectativa de vida.
Esta población cada vez mayor de pacientes que no reciben el tratamiento específico de cirugía de remplazo valvular generó el desarrollo de este nuevo tratamiento que acaba de inaugurarse en el Hospital Privado.
Implante de válvula aórtica por catéter
En el año 2002, en Rouen Francia, Alain Cribier revolucionó el tratamiento de la estenosis aórtica cambiando completamente el concepto: sobre una malla metálica (stent) montó una válvula confeccionada con material biológico y plegó el conjunto sobre el extremo de un catéter-balón. Desde la arteria femoral en la ingle del paciente avanzó el nuevo sistema hacia su válvula enferma y al inflar el balón, el stent metálico comprimió los tejidos de la válvula nativa a la vez que puso instantáneamente en funcionamiento la nueva válvula en su interior. El paciente recuperó inmediatamente la función valvular quedando así demostrada la viabilidad del concepto e inaugurando una nueva era en el tratamiento de esta enfermedad.
Con un crecimiento exponencial en los últimos años, ya se han realizado en el mundo mas de 12.000 implantes (apenas 60 en Argentina) de sólo dos diferentes prótesis: la válvula de Cribier expandible con balón, llamada ahora Edwards- Sapien y construida con pericardio bovino; y la autoexpandible “CoreValve”. Esta última es la única disponible en nuestro país y a diferencia de la de Cribier, está constituida de un stent de una aleación de níquel – cadmio (“Nitinol” que se expande espontáneamente cuando entra en contacto con el calor del cuerpo, sin necesidad de balón) y con pericardio porcino (ver ilustración).
El procedimiento se realiza en el ámbito de una sala de cateterismo con la disponibilidad de angiógrafo y un equipo multidisciplinario y numeroso, conformado por cardiólogos intervencionistas, cirujanos cardiovasculares, anestesista, ecocardiografista y cardiólogos intensivistas, y apoyo de técnicos y enfermeras especializados.
Registros de implantes provenientes principalmente de Europa y Canadá muestran datos de seguridad y eficacia que permiten ser muy optimistas y alimentan el entusiasmo por esta técnica.
El futuro
Es de esperar que la estenosis valvular aórtica senil sintomática, enfermedad grave y de pronóstico reservado, continúe aumentando su incidencia al mejorar la expectativa de vida de la población. Esta nueva técnica, permite recuperar el funcionamiento valvular de manera más simple y segura que la cirugía convencional y constituye una nueva esperanza para muchos pacientes que por su edad y enfermedades asociadas son considerados como de alto riesgo para operarse.
El equipo que actuó el 29 de julio estuvo conformado por los médicos Miguel Ballarino y Carlos Leonardi, jefe y staff respectivamente del servicio de Hemodinamia e Intervenciones por Cateterismo del Hospital Privado de la ciudad de Córdoba, y César Morís del Hospital Universitario Central de Asturias Oviedo, España, y la colaboración de Alejandro Martínez Colombres y Alejandro Contreras, jefe del servicio de Cirugía Cardiovascular y staff del servicio de Cardiología del hospital cordobés.
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