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Nunca nadie actuando razonablemente puede garantizar un éxito en el acto médico. |
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Tanto se han desarrollado las técnicas en las cirugías de catarata que en pocos minutos se puede realizar una operación con éxito, con anestesia, con gotas, y mínima invasión del ojo.
Dicho de esta manera se pierde la dimensión de semejante acto médico, por lo cual quiero en esta oportunidad darle la real valía que tiene, describiendo algunas de las complicaciones que se pueden dar durante y después de la cirugía, y que en algunos casos producen una pérdida de la calidad visual hasta ese momento impensada tanto por el médico como por el paciente.
Ante todo debo manifestar que el médico cirujano debe hacerle conocer al paciente no sólo las ventajas de la cirugía, como única forma de solucionarle el problema, sino también los riesgos que implica abrir un ojo, sacarle parte del cristalino opacificado y colocarle un lente intraocular.
Este acto médico hace a la calidad de la relación médico-paciente, y forma parte del protocolo necesario para conseguir un consentimiento de parte del paciente para realizarse la cirugía.
Muchas veces escuchamos que el paciente manifiesta que el médico no le explicó, que no le manifestó nada importante sobre lo que le iba a realizar y subestimó el acto quirúrgico, causa fundamental usada en contra de los colegas en las demandas por mala praxis.
Porque los médicos sólo garantizamos los medios para conseguir un resultado. Nunca nadie actuando razonablemente puede garantizar un éxito en el acto médico. Eso es porque en todo acto médico existen complicaciones desde las más simples y de resolución espontánea, hasta aquellas nunca deseadas y que se pueden presentar aún habiendo tomado todos los recaudos necesarios para que ello no sucediera.
En el caso de las cirugías de catarata, existen complicaciones durante y después de la operación, que dependen en la gran mayoría de casos, del estado del ojo del paciente y que los estudios previos pueden hacer conocer ese estado y a veces no hay forma de detectarlos.
En las últimas publicaciones se han actualizado las complicaciones más comunes, que se pueden dividir en: Intraoperatorias: entre éstas las más frecuentes son: luxación del cristalino o fragmentos del mismo, dislocación parcial o total de la lente intraocular, hemorragias, pérdida vítrea y fototoxicidad.
Entre las postoperatorias se pueden mencionar: el desprendimiento de retina, desprendimiento de coroides con o sin hemorragia, edema macular cistoide, agujero macular, endoftalmitis y dislocación parcial o total del lente intraocular.
En todos los casos, un pequeño porcentaje de estas complicaciones se puede dar, por lo cual es necesario advertir al paciente de que no todos quedan como ellos y los médicos queremos, ya que un 3%, un 5%, ó un 9% dependiendo de los antecedentes, pueden padecer alguna complicación.
Que el paciente conozca estas complicaciones y que el médico demore lo necesario para explicarlas antes de cada cirugía, hace a la responsabilidad del profesional. Minimizar riesgos sólo crea expectativas que de no darse, pueden dañar severamente la relación médico-paciente y acarrear otras consecuencias no deseadas por los involucrados.
Dr. Raúl Eloy Baigorrí
Centro Privado de Oftalmología
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