La docente y directora de la Escuela Rural Rosario Navarro de Tío Pujio, Patricia Ponce, dio la bienvenida junto a sus 19 alumnos a las autoridades visitantes: la intendenta Nancy Schiavi, el subsecretario de Acción Social de la provincia, Darío Ranco; el sub inspector de la III Región Escolar, Raúl Padilla y la inspectora de Zona 3210, Patricia Accastello, entre los que además se encontraban representantes del Concejo Deliberante, Bomberos, del CENMA y CENMPA y otros.
“Con la incorporación de nuevas tecnologías se achica la brecha para que todos los chicos tengan la posibilidad de acceder al conocimiento”, dijo Ponce al referirse a la donación de 10 notebooks (marca Compaq) con sus respectivos estuches y dos impresoras multifunción HP, por parte de Alberto Ferrero, su esposo, para la institución, por lo que hizo entrega de un documento que así lo acredita.
La directora puso el hecho en el año del Bicentenario “por la escuela de la Patria soñada hace 200 años”, y dio paso a docentes de otras instituciones que se llegaron a esta para ayudar, como lo hizo Elsa Balbo Mossetto, de la escuela Fray Venancio Taborda (de campo Yucat), que condujo el acto.
Padilla se encargó en su mensaje de marcar que “para el niño nativo digital es difícil hoy aprender a escribir en un cuaderno” y que “la escuela tiene cada día nuevos desafíos”, y elogió a la intendenta tiopujense, en este aspecto de su gestión, “porque esto no ocurre en todos los municipios, hay quienes atienden las escuelas rurales como satélites y no como parte de la comunidad”, dijo.
A su turno, Schiavi indicó que “los docentes de escuelas rurales peregrinaban mucho...”, y mencionó que Alberto Ferrero, el donante, se encarga ahora de coordinar la ayuda a estas escuelas (Tío Pujio tiene 10 en su jurisdicción). Rindió cuentas por un subsidio recibido de cinco mil pesos para la escuela que se destinó a la compra de bancos y sillas.
La jefa comunal destacó “el gesto de Alberto (Ferrero), porque pudo utilizar el dinero en el seno familiar, pero decidió dar y compartir”, porque también al hacer la donación consideró que las herramientas sean utilizadas por los alumnos de los centros de educación de adultos. “El costo del profesor lo asumirá el municipio”, adelantó Schiavi, quien luego anunció que la Municipalidad también se hará cargo de aportar 300 pesos por mes para maestranza en las 10 escuelas rurales. Y por parte de la subsecretaria de Ranco, “100 litros de pintura y 20 kilos de enduido”.
Una alumna leyó palabras de la Madre Teresa (“Hay que dar hasta que duela...”) y el docente de Música Alejandro Artacho tomó la guitarra para junto a los chicos de blanco delantal, regalar “Lunita tucumana”.
Finalmente se entregaron presentes y se procedió al corte de cintas para pasar a la sala donde las computadoras portátiles ocupaban dispuestas los bancos de los alumnos.