Una multitud estimada por los organizadores en casi 15 mil personas le dio un marco superlativo al festejo del 334º aniversario de Bell Ville que por primera vez, y coincidiendo con el año del Bicentenario de la Patria, se realizó en el Paseo de la Reconstrucción (Puente de la Historia).
Fueron 114 las instituciones que participaron del desfile cívico el martes, marcando un alto grado de compromiso de los bellvillenses con la ciudad.
La jornada a pleno sol y la calidez de la noche se sumaron al festejo, y desde horas tempranas de la tarde fue incesante el desfile de vecinos con rumbo al Puente de la Historia. De todas las edades, de todos los estratos sociales, familias procedentes de cada punto de la ciudad y vecinos de distintas localidades de la región se dieron cita a la convocatoria del municipio para festejar el aniversario de Bell Ville.
En primer lugar se desarrolló el acto protocolar donde hicieron uso de la palabra la intendenta María del Carmen Ceballos de Carbonetti y el profesor Javier Aojeda en representación del Centro Municipal de Estudios Históricos.
El presbítero Iván Lasagna fue el encargado de brindar la Oración de Gracia y uno de los momentos más emotivos se vivió cuando se realizó la suelta de palomas con los compases del Feliz Cumpleaños a cargo de la Banda Municipal Ernesto Bianchi.
Se sumó al festejo una feria de artesanos y microemprendedores ubicada en las pérgolas del Paseo de la Reconstrucción, donde se pudieron apreciar trabajos de calidad y buen gusto.
Un río de gente serpenteaba la avenida Faustino Molina a la hora del desfile que comenzó con el vuelo rasante de los aviones del Aeroclub Bell Ville y el lanzamiento de tres paracaidistas pertenecientes a la Escuela de Paracaidismo de Bell Ville.
Luego, la Banda Municipal Ernesto Bianchi encabezó el desfile de más de un centenar de instituciones que recorrieron la avenida Faustino Molina entre Julián Paz y Chacabuco.
Al hacer uso de la palabra, la intendente dijo: “Me preguntaba, si a partir del Bicentenario podríamos construir una sociedad solidaria, transparente y armoniosa con la que todos venimos soñando desde hace tiempo o si el encono, el espíritu faccioso y nuestra probada incapacidad para ingresar en un mundo de valores nos seguirían dividiendo? La Patria grande, argentina, y la Patria chica nuestra querida ciudad de Bell Ville, son mucho más que esas contradicciones. Es un espacio de sueños y utopías. El lugar donde nacemos, donde elegimos vivir, donde trabajamos, donde enterramos a nuestros padres y vemos crecer a nuestros hijos y nietos”.