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La cabo Romero (primera desde la izquierda) recibe indicaciones de la camarista Saslavsky de Camandone. En la segunda foto, el abogado Luis Caronni y a su lado la joven que patrocina, Alfonsina Ranz; detrás de ellos, el inspector Héctor Quiero |
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Con la recepción de las últimas pruebas testimoniales y la elaboración de los alegatos de las partes, el juicio oral y público que se le sigue a la joven estudiante Alfonsina Ranz ingresa en su etapa de definiciones.
Para ello, la camarista Silvia Saslavsky de Camandone dispuso que la audiencia de hoy se realice en doble jornada: por la mañana, a partir de las 8.30, se incorporarán al debate todas las pruebas obrantes en el expediente y algunas que puedan ser requeridas durante el transcurso de las deliberaciones; y por la tarde, en horario a convenir, formularán sus conclusiones el fiscal Francisco Márquez, la querellante particular María Paula Miozzo y el defensor Luis Caronni.
Si bien no se precisaron detalles de cuándo se conocerá el veredicto, todo indica que será mañana al mediodía.
En la costanera
Ayer, en tanto, los principales actores del proceso se dieron cita en la costanera local para realizar una minuciosa inspección judicial en todo el sector donde, en horas de la tarde del sábado 8 de diciembre de 2007, se produjo el incidente que se le atribuye a Ranz.
Tal como lo viene informando EL DIARIO, durante un operativo de control vehicular dos jovencitas que tripulaban un cuatriciclo de color azul eludieron el accionar de los agentes de Tránsito y en la maniobra evasiva embistieron al inspector Héctor Daniel Quiero, quien resultó con golpes y escoriaciones en brazos, piernas y espalda, aunque luego se determinó que dichas heridas no revestían gravedad.
Por ese hecho, la joven domiciliada en barrio Palermo fue imputada por el fiscal Gustavo Atienza como presunta autora del delito de "lesiones leves culposas", y para ello fue fundamental el testimonio prestado por el ahora ex agente de Tránsito Marcos Urquía Pozzi, quien incriminó a Ranz a fines de abril de 2008, es decir cuatro meses y medio después del hecho.
Sin embargo, durante las audiencias de debate que se llevaron a cabo la semana pasada, un peritaje realizado por un policía verificador sobre el cuatriciclo que posee la acusada determinó que el rodado era originalmente de color blanco y que luego fue pintado de negro.
La pericia en cuestión fue llevada a cabo exactamente dos años y medio después que Ranz resultara implicada en el hecho, ya que el instructor de la causa jamás ordenó un examen similar ni investigó si la sospechosa tenía un cuatriciclo azul.
La inspección
La medida procesal realizada en la víspera comenzó apenas pasadas las 17 y concluyó minutos después de las 18.30, lapso durante el cual la avenida del Libertador, entre las calles Mendoza y Tucumán, permaneció cortada al tránsito vehicular.
A lo largo de los 100 metros que cubren ese sector de la costanera villamariense, la jueza y las partes realizaron una serie de diligencias tendientes a determinar el lugar del accidente y la distancia a la que se encontraba el ex inspector Urquía Pozzi, el único de los testigos presenciales que identificó a Ranz como la conductora del cuatriciclo que se dio a la fuga.
Cabe señalar que a unos 30 metros de la intersección de la avenida con calle Mendoza existe un lomo de burro y frente a él un maxiquiosco. Esos puntos de referencia fueron analizados desde diferentes ópticas por el fiscal, la querellante y el defensor, por lo que se presume que en sus respectivos alegatos plantearán diferentes hipótesis del hecho.
A todo esto hay que agregar que el croquis confeccionado inmediatamente después del incidente es por demás confuso y no permite establecer fehacientemente el lugar exacto del punto de impacto.
Es por ello que la presidenta del tribunal le solicitó a la cabo Valeria Romero la confección de un plano en el que consten las distancias y demás variables geográficas del sector.
Previo a eso, la funcionaria policial, quien se desempeña como escopometra y fotógrafa del Gabinete de Criminalística, que depende de la División Investigaciones de la Unidad Departamental General San Martín, realizó mediciones y tomó numerosas imágenes a pedido de la jueza y las partes.
Testigo de calle
Asistidos por efectivos de la Policía de la provincia y personal de la Dirección de Tránsito, los actores judiciales relevaron numerosos datos de la escena del hecho, e incluso hasta le tomaron declaración testimonial a una joven que atiende otro maxiquiosco, denominado "Al Toke", ubicado en avenida del Libertador 359, entre el lomo de burro y la esquina de la costanera con calle Tucumán.
A requerimiento de la Defensa y con acuerdo de las partes, Antonella Tulli prestó juramento en la vía pública y luego respondió que el negocio de su padre funciona allí desde el 21 de setiembre de 2009, aunque dijo que, con anterioridad, en el mismo inmueble hubo una heladería artesanal llamada "El Molino Rojo".
La circunstancial testigo precisó que entre 2006 y el año pasado ese local estuvo vacío, lo que dejó al descubierto que el único quiosco que existía al momento del hecho es el que está frente a la lomada.
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