Los gritos nerviosos y entusiasmados de sus fanáticas, las largas colas para entrar que antes habían sido para comprar la entrada. El acampe de sus seguidoras para estar firmes junto a su ídolo y una marea roja, conformada por las miles de mujeres que llegaban al Orfeo con la consigna de vestirse con ese color para la ocasión. Como así también los miles de globos que se repartieron en los ingresos. Antes de las 19.30 se abrieron las puertas y las vibraciones del puente que dirige al Superdomo daban cuenta de las ganas de ver a Luis Miguel. Las mujeres que corrían sin parar hasta entrar y que se agolparían dos horas antes del show cerca del escenario permitían pensar como sería la velada en la que el “Rey Sol” mostró su hegemonía.

El show. Varias generaciones, muchas banderas declarando amor al cantante y el grito ensordecedor de “Luis Miguel” fueron la antesala a la locura que se generó a las 21.50 cuando comenzó a cantar.
Con su típico traje y una corbata rayada entró en el escenario, luego de su banda, y comenzó la noche con Te propongo. Le siguieron Suave y Con tus besos para luego escuchar, en una de las pocas veces que habló, al protagonista de la noche. Así fue que logró aplausos y terminó de conquistar a sus seguidoras.
“Muy buenas noches Córdoba. ¡Qué maravilla, qué placer de estar con ustedes! Muchas gracias por el privilegio de estar nuevamente acá” comentó. Y continuó con un grito acompañado de “¡Viva Córdoba!”. Por último le confesó al público que quería “cantar temas del nuevo CD”, por eso les pidió ayuda para cantar Tres palabras. Ya sentado, con una escalera transparente y la pantalla gigante donde cada tema tenía sus imágenes, cantó el quinto tema. Aflojándose la corbata y siguiendo con los boleros, ícono de su carrera, La barca siguió generando los suspiros y los gritos de las mujeres que desde todas las ubicaciones hacían públicos sus deseos para con él.
El tango Volver y un dúo con Frank Sinatra, quien aparecía cantando en la pantalla, con el tema Come Fly With Me, le siguieron, antes de medir en una especie de cuenta vueltas los decibeles del grito de las mujeres, y así medir la potencia de las cordobesas.
A la mitad del show se cambio para estar de riguroso negro y cautivar con No existen límites, Ella es así, Mujer de fuego y Lo que queda de mí. Con una elegancia total hasta para mantener constantemente su contacto visual y gestual con el sonidista. Con el paso del tiempo, volvió en él y comenzó con varios hits. O tú o ninguna, Entrégate, Tu sólo tu, Qué nivel de mujer, fueron alternando con varios temas del nuevo CD sumando más de 20.
Cerca del final el momento más bailable, por así decirlo, estuvo con los temas Será que no me amas, Si no supiste amar enganchados con La chica del bikini azul, Isabel, Cuando calienta el sol. Demostrando que el tiempo pasa pero no oxida esos temas que fueron muy festejados por las 10 mil personas que se llegaron al lugar. Entre ellas varias fans de Villa María que coparon colectivos y trafics para poder ver a “Luismi”.
Las mismas que lo vieron con solo una remera negra terminar el show y con un “Hasta mañana, gracias y buenas noches” acompañado de remeras enviadas a la tribuna y el aplauso sostenido por las que lo disfrutaron en el escenario. Un escenario que no dejó de recorrer, acompañado de dos moles que lo sostienen cuando le da la mano a sus seguidoras, un gesto con mucho valor. Un escenario que lo vio de vuelta en Córdoba y con su carisma típico. Para demostrar que, en un año donde se especuló hasta con su muerte, el Rey esta más vivo que nunca.
Juan José Coronell